La transformación educativa es un Titanic mediático, publicitado y defendido en cada ámbito público y medio de comunicación, que marcha inexorablemente a hundirse debido a la incapacidad de dar un giro en el timón. El gobierno quedó atrapado en su propio discurso: durante la campaña electoral contra el Frente Amplio los distintos partidos de la coalición usaron como argumento que los sindicatos gobernaban el país y, en particular en la enseñanza, reforzaron una imagen de las y los docentes como un grupo corporativo que frenaba el desarrollo de las mejoras educativas. Esta visión negativa y estigmatizadora de la forma de organización de las y los trabajadores se reafirmó durante la actual gestión con una política de restricción de los derechos sindicales y la persecución a sus militantes.
Se generó una imagen del cuerpo docente como trabajadores con poco empeño en su tarea, problemáticos e inconformes. Entre otras cosas, esto llevó a la eliminación de los representantes electos en tres de los subsistemas y a desoír otros espacios de elaboración cuando definen en sentido contrario a los lineamientos del gobierno.
Espíritu de cruzada
El cambio en el sistema educativo es de por sí un proceso complejo que involucra miles de profesionales que en su praxis cotidiana tienen una visión de lo que funciona o no en su trabajo. Su involucramiento en el desarrollo de la propuesta educativa es fundamental si se quiere que esta funcione. Esto está en el ABC de cualquier planificación.
Se sabe que entre lo que se planifica y lo que se hace siempre existe una brecha, en donde cuentan los recursos (la inversión presupuestal, la infraestructura edilicia y su distribución espacial), el marco institucional (organigrama, reglas internas), el diseño curricular y programático, y los sujetos que participan (trabajadores docentes y no docentes, estudiantes). Al observar estos ítems se nota que la transformación educativa cruje por todos lados:
Existe un recorte presupuestal que especialmente afecta a primaria y la educación media; en el caso de la educación terciaria, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) anunció que hay rubros, pero cuyo destino no está explicitado ni limitado a las instituciones públicas de Formación en Educación, abriendo la posibilidad de que puedan ser utilizados por las instituciones privadas. Además, el presupuesto solicitado por el Consejo de Formación en Educación (CFE) no toma en cuenta el aumento de la matrícula.
Estamos a principios de octubre y sólo se conoce el diseño curricular de la enseñanza media, y se carece del contenido programático de las asignaturas y del reglamento de evaluación y pasaje de grado (Repag). Supuestamente los programas de la Enseñanza Media Integral (EBI) estarían listos el 24 de octubre y el diseño curricular del CFE el 14 de octubre (!!).
La oposición de las ATD locales y nacionales y de los sindicatos de la enseñanza y de los gremios estudiantiles es pública. Recientemente las ATD de primaria y secundaria se han retirado de las comisiones de elaboración de los programas.
Estos elementos son conocidos y desestimados por las autoridades de la enseñanza, que construyen un discurso de cruzada. Se trata de ganar, de conquistar un espacio visto como hostil, refractario y peligroso. Los discursos del ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, o del presidente del Codicen, Robert Silva, apuntan en este sentido, buscando generar entre los votantes de la coalición la adhesión a un proyecto que puede ser amenazado por los que siempre “se oponen” y “no tienen propuestas”. Estos mensajes anulan la discusión, el intercambio: se está de un lado o del otro. El propio presidente Lacalle sale a defender la transformación educativa y la bancada parlamentaria oficialista se reúne en apoyo a Silva.
La transformación educativa se ha convertido en una carrera de conquista por parte del gobierno, que quiere llegar a la luna y plantar la bandera aunque después quede ahí, solitaria, como marca de una época.
Elefantes en un bazar
Plantar bandera donde supuestamente el Frente Amplio no pudo es una meta que nubla el diagnóstico y las soluciones; un ejemplo de ello es el intento de reformar la formación en educación.
El Plan 2008, que es el que rige las carreras de profesorado y magisterio, empezó a ser analizado, criticado y reformulado a partir de 2015. La administración de ese entonces planteó cambios estructurales y aparecieron conceptos como transversalidad, creditización, semestralización, que fueron incorporados en un proceso de construcción no exento de rispideces y negociaciones por parte de las salas de asignatura, la ATD y el sindicato. En ese contexto, las salas nacionales trabajaron mallas semestrales creditizadas, y en algunas asignaturas avanzaron hasta la creación de los programas.
La actual gobernanza del CFE aplicó el esquema fundacional que se llevaba adelante en otros subsistemas, sin apreciar las diferencias sustanciales que había. Mirado en perspectiva, el subsistema que tenía las bases para desarrollar una reforma consensuada y rápida fue llevado al desastre.
El manual del mal gestor debería tener un pasaje dedicado a los consejeros políticos del CFE. El capítulo 14, que daba marco jurídico a la existencia del docente-cargo, fue aprobado en 2019, pero la actual administración lo puso en suspenso y en casi tres años no pudo presentar una redacción al sindicato. Desmantelaron la estructura académica nacional al cesar a los coordinadores, con lo que fragmentaron las salas de asignatura. Tiraron toda la producción de los docentes por la ventana y se dieron tres instancias, agregando posteriormente dos más, para realizar una producción nueva que debía estar resuelta en dos meses y medio. Y como frutilla de la torta, lo basaron en un documento plagiado, una afrenta a profesionales de la educación que se dedican a fomentar el trabajo académico.
Un camino minado
En vez de aprovechar los puentes construidos, los consejeros políticos del CFE decidieron explotarlos y, al hacerlo, se minaron el camino. Subestimaron a los profesionales y sus aportes, pensaron que no había capacidad de organización, movilización y protesta. Presuponían que de existir movilización estudiantil esta iba a quedar enmarcada en la zona metropolitana.
El 15 de agosto las y los estudiantes dieron inicio a una movilización nacional inédita llegando a lugares en donde no existía organización gremial; 18 centros ocupados y 27 movilizados. Y el conflicto que estalló entre las y los docentes de Formación en Educación es histórico: se ocuparon siete institutos (IPA, INET, CERP del Sur, CERP del Suroeste, CERP del Norte, IFES e IFD Tacuarembó), se fortalecieron los núcleos y aumentó la adhesión al sindicato de docentes de formación en educación (Sidfe).
La transformación educativa se ha convertido en una carrera de conquista por parte del gobierno, que quiere llegar a la luna y plantar la bandera aunque después quede ahí, solitaria, como marca de una época.
A la acción sindical se sumó el rechazo que las y los docentes manifestaron desde los ámbitos técnicos pedagógicos. En las instancias de discusión curricular que fueron convocadas por el CFE para validar su proyecto (27 de julio, 9 de agosto, y 7, 8 y 9 de setiembre), 20 de los 32 centros expresaron su rechazo a esta reforma por forma y contenido. El 10 de agosto se reunieron las ATD locales y del total de los informes, 95% manifestó su oposición al proceso. En la ATD nacional (14 a 16 de setiembre) se votó en forma unánime pedir la postergación de la reforma y trabajar en 2023 en su elaboración.
En las últimas semanas se han autoconvocado las salas nacionales por asignaturas, las que también han manifestado su rechazo a la forma en que se está desarrollando la reforma. Estas salas incluyen: Ciencias Biológicas, Comunicación Visual, Derecho, Danza, Español, Filosofía, Física, Geografía, Historia, Inglés, Matemática, Literatura, Química, Sociología, Área Psicológica, Didáctica de Maestro de Primera Infancia y Pedagógico-histórica-filosófica.
Esto demuestra que la reforma no tiene sustento entre quienes tienen que ser sus impulsores en el aula. La fragilidad está a la vista de los promotores que buscan cumplir con la planificación trazada mintiendo en los resultados.
Aprendices de brujo
La meta es cumplir, no importa cómo ni con quiénes. Frente a la oposición de las salas a realizar aportes, la solución fue llamar a determinados docentes para la elaboración de las mallas y los programas. Estas designaciones responden a criterios puramente políticos, sin tener en cuenta, en muchos casos, ni antigüedad ni méritos.
El discurso de la profesionalización, de la búsqueda del carácter universitario de la formación docente, se anula con esta acción. En una época en la que el conocimiento es cada vez más especializado, en la que lograr la experticia en un campo acotado del saber lleva a una formación constante, se encuentran por arte de magia con “expertos universalistas” que darían envidia a Leonardo Da Vinci.
Estos equipos que se conformaron para diseñar las mallas no tienen aún una resolución oficial que los ampare, y no se invitó a la ATD del CFE para participar en el trabajo (si hubiera aceptado o no, es otro cantar). Estamos frente a la arbitrariedad más absoluta para llevar a cabo el trabajo sucio. Lo que saldrá de ese caldero, en donde cada “experto” pondrá o quitará contenidos en función de sus “conocimientos”, no es predecible, salvo que llevará al detrimento de la formación.
Las acciones llevadas a cabo por las autoridades políticas de Formación en Educación dan muestras permanentes de desorganización institucional, falta de planificación y de toma de decisiones sin sustento pedagógico.
A lo Pirro
La transformación educativa, cuestionable en su marco conceptual e implementación, también va a tener un alto costo social al precarizar las condiciones laborales de cientos de trabajadores, generando un desempleo difícil de estimar.
La aparición de la primera malla curricular en la enseñanza media (EBI) llevó a que los distintos colectivos afectados salieran a denunciar la pérdida de horas en Ciencias Físicas (4.917), Educación Musical (3.578), Educación Visual y Plástica (3.418) y Educación Cívica (1.140), lo que a vuelo de pájaro eran unas 652 unidades docentes menos. Este desempleo encubierto iba a afectar a las y los docentes de los escalafones más bajos y especialmente a los interinos, frente a los cuales la administración no tiene ninguna responsabilidad. Una situación que es más sensible en el interior del país, en donde las y los docentes tienen menos posibilidades de agrupar horas de trabajo al existir menos liceos. El estallido de esta noticia hizo que rápidamente Robert Silva afirmara que no se pierden horas de clase, que los talleres opcionales se convertirán en horas estables y posibles de elegir antes del comienzo de las clases. Un logro, si se concreta, para los trabajadores, pero que es un caos administrativo que se traslada a los institutos.
Los que trabajamos en el aula sabemos que la duplicación de un grupo en dos talleres implica salones que hoy no existen y que su ubicación en un mismo horario es una imposibilidad institucional y laboral. El efecto es también pedagógico debido a que la posibilidad de opción hace que un estudiante pueda transitar esos grados relegando una de las áreas de conocimiento (o competencias). Su propio trayecto educativo estará marcado por la elección que realice en primer año.
Hay otra bomba de fragmentación que la Administración Nacional de Educación Pública todavía tiene sin resolver: la situación de los casi 3.000 trabajadores de Formación en Educación. La transformación educativa en el CFE afecta directamente condiciones de trabajo al plantear cursos semestrales sin garantizar a las y los docentes su situación laboral para la otra mitad del año. En 2023 eso implica afectar a 1.400 docentes y unas 11.000 horas docentes si tomamos como base el presente año.
El Codicen está advertido de que lo más lógico es que las y los docentes, frente a la incertidumbre laboral, vuelvan a sus subsistemas de origen a tomar horas; son 550 unidades docentes que hoy tienen otros trabajadores. Esto generará desplazamiento de lugares de trabajo y pérdida de horas a docentes en todas las ramas, y tendrá consecuencias sobre el normal inicio de las clases. Un caos previsible pero posible de solucionar.
La conformación de un Docente cargo (de 10, 20, 30 o 40 horas) que permita el desarrollo de la enseñanza, investigación y extensión es la solución que debería dar el sistema. El compromiso asumido en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social el 13 de setiembre por parte de los consejeros de Formación en Educación todavía no se ha plasmado en una propuesta concreta.
La emigración a otros subsistemas de profesionales especializados trae también como consecuencia la pérdida de conocimiento acumulado, de experticia técnica, y obligará al sistema a cubrir las vacantes mediante llamados abreviados, retrasando el inicio de las clases, salvo que sea la excusa que estén esperando para introducir docentes financiados y contratados directamente por el MEC, sin respetar escalafón ni estatuto docente.
Crónica de una muerte anunciada
La semana comenzó con huelga en la Universidad de la República y de la Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria Montevideo, con el Sidfe discutiendo también la posibilidad de huelga, con paro por tiempo indeterminado en el IPA y Profesorado Semipresencial (Sidfe) y en Afutu Regional Montevideo; con la marcha de toda la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay el día de ayer. En el movimiento estudiantil, que ha continuado con paros activos, ocupaciones, talleres y clases abiertas, han decretado la huelga la Coordinadora de gremios estudiantiles de secundaria de Montevideo, el Centro de Estudiantes del IPA, el Centro de Estudiantes del CERP Sur de Atlántida y la Asociación de Estudiantes de Educación Social. Nada permite avizorar que la agudización del conflicto amaine cuando no existen propuestas desde las autoridades para negociar una salida.
Un observador externo no podría comprender la lógica de la actuación de los miembros de la coalición de gobierno, en donde los réditos políticos son claramente disímiles. Conducen uno de sus buques insignia al fracaso, como lo demuestra cada uno de los ítems expuestos. Las consecuencias educativas y sociales se sentirán más en el interior del país que en la zona metropolitana, más en el campo que en la ciudad; es decir, mientras Robert Silva usa los medios del Estado para hacer campaña y convertirse en una figura pública, es el Partido Nacional el que va a sufrir la pérdida de votantes cuando los resultados se vean.
En este caso, el capitán del barco no se va a hundir con él: Silva renunciará a su cargo para aparecer como figura de relevo en el Partido Colorado, mientras que al Partido Nacional, como a la orquesta del Titanic, lo tapará el agua.
Cecilia Klein es secretaria general del Sidfe y docente efectiva de Cultura y Civilización de los Países Angloparlantes (CFE) y de Inglés (DGES). Líber Romero es presidente del Sidfe y docente efectivo de Historia Contemporánea (CFE) y de Historia (DGES y DGETP), así como docente efectivo en el Instituto de Historia (FHCE-Udelar).