A lo largo de la historia de la humanidad, los conceptos de infancia y de primera infancia se construyeron social y culturalmente. Frabboni1 identifica tres etapas en dicho proceso: la del niño adulto o infancia negada, la del hijo-alumno o infancia institucionalizada y la del niño sujeto social.

La etapa del niño-adulto o infancia negada se ubica históricamente en la Edad Media y comienzos de la edad moderna. La visión adultocéntrica de la sociedad obligaba a la niñez, colocada en situación de espera y estado de latencia, a incorporar los códigos sociales del mundo adulto.

La concepción de infancia como hijo-alumno o infancia institucionalizada se ubica en torno a la revolución industrial, cuando la niñez pasó a ser objeto de atenciones y cuidados en los ámbitos institucionales de la familia y de la escuela. Estos dos ámbitos se organizaban como el mundo adulto en miniatura para dar respuesta al creciente interés educativo que la sociedad manifestaba hacia la infancia.

La metamorfosis desde el niño hijo-alumno al niño sujeto social se inició en el siglo XIX, cuando la sociedad comenzó a preocuparse por asegurarle a la infancia la satisfacción de sus necesidades específicas en ambientes sociales propios, con experiencias diferenciadas de los intereses adultos. Para que se produjeran estos cambios en primera infancia fueron determinantes, entre otros, los aportes teórico-prácticos de Federico Fröebel (1782-1852, Alemania), de las hermanas Agazzi (Rosa, 1866-1951 y Carolina, 1870-1945, Italia) y de María Montessori (1870-1952, Italia). En nuestro país se destacan, en este sentido, la maestra vareliana Enriqueta Compte y Riqué (1866, España-1949, Uruguay) y el doctor Luis Morquio (1867-1935, Uruguay).

Esta construcción histórica del concepto de infancia no es un proceso lineal. Está siempre expuesta a retrocesos que afectan la valoración de la etapa y, con ello, las condiciones de vida de la niñez.

En 1989, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), a la que nuestro país adhirió por ley al año siguiente. A partir de este hecho, la infancia se consolidó a nivel mundial como un grupo social con identidad y características propias. Niñas y niños son considerados sujetos de derecho y ciudadanos desde que nacen.

La Observación General N° 7 de 2005, emitida por el Comité de los Derechos del Niño,2 establece que la primera infancia es el período de la vida comprendido desde el nacimiento hasta los ocho años de edad.

En nuestro país, desde 1998 el colectivo de educadores, docentes, técnicos, profesionales y trabajadores en primera infancia adherimos a la visión unificada de la etapa, abarcativa desde el nacimiento a los seis años. En el Programa de Educación Inicial para tres, cuatro y cinco años (1998)3 se expresaba lo siguiente: “La Educación Inicial comprende al individuo desde el nacimiento hasta los seis años. La influencia conjugada de la familia, la comunidad y las Instituciones es determinante en esta etapa”.

Un par de años antes, el entonces Consejo de Educación Primaria (CEP) había resuelto cambiar la denominación educación preescolar por educación inicial, en el entendido de que, en palabras de Frabboni, esta etapa educativa ya había adquirido “la mayoría de edad en el plano pedagógico liberándose de la tutoría de la escuela primaria que, desde siempre, la había llevado de la mano por las escaleras de la educación”.

La elaboración del primer Diseño Curricular Básico para niños y niñas de 0 a 36 meses4 en 2006, en el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), fue otro hito importante dentro del proceso de unificación de la etapa. En él se expresa que “la infancia es mucho más que la época que transcurre antes de que la persona sea considerada un adulto. Se refiere al estado y la condición de la vida de un niño/a, es decir, a la calidad de esos años La educación entre los 0 y los 36 meses es la primera etapa educativa por la que atraviesan las personas”.

Este documento se elaboró en continuidad con el Programa de Educación Inicial para tres, cuatro y cinco años de 1998, ambos estructurados desde un enfoque por competencias. Según lo afirma Díaz Barriga,5 existen distintas perspectivas dentro de dicho enfoque. En el caso de la educación inicial, acorde a la forma de conocer y aprender que caracteriza a la primera infancia, lo que se busca es trascender el abordaje disciplinar de los contenidos. La diferenciación y especificación disciplinar dentro del largo camino de la educación se construye, necesariamente, a partir de este primer enfoque globalizador de la enseñanza.

El proceso de unificación curricular de la primera etapa educativa derivó en la elaboración en 2014 del documento titulado Marco Curricular para la atención y educación de niñas y niños uruguayos desde el nacimiento a los seis años,6 estructurado también desde el enfoque por competencias.

Los antecedentes curriculares antes citados (1998 y 2006), junto con la creación del Consejo Coordinador de la Educación en la Primera Infancia (CCEPI) por Ley de Educación 18437/087 y del programa Uruguay Crece Contigo (UCC)8 en 2012 en Presidencia de la República, generaron las condiciones para el surgimiento de este documento.

En el Marco Curricular de 2014, la concepción de primera infancia con una visión unificada quedó plasmada de la siguiente manera: “La primera infancia es un período de la vida que abarca desde el nacimiento a los seis años y que comprende dos ciclos con similitudes y especificidades. El primero de ellos se extiende desde el nacimiento a los 36 meses y el segundo desde los tres a los seis años de edad. La unicidad de la etapa se manifiesta en los aspectos que están presentes en ambos ciclos: los afectos, el cuerpo, el juego, las sensaciones, los gestos, la imaginación, la creatividad, la expresión, la acción, la simbolización, la representación y las palabras. La prevalencia que adquieren unos sobre otros dota de identidad a cada uno de los ciclos”.

En coincidencia con el concepto de Atención y Educación en la Primera Infancia (AEPI) desarrollado por Unesco,9 el Marco Curricular de 2014 establece: “La atención y educación durante el período comprendido desde el nacimiento a los seis años es un espacio de trabajo interinstitucional e interdisciplinar que convoca a diferentes actores y se desarrolla en diversos escenarios. En esta etapa de la vida, cuidar y educar forman parte de un mismo proceso orientado hacia la búsqueda del bienestar integral de las niñas y niños pequeños”.

Desde 2014, el Marco Curricular desde el nacimiento a los seis años orienta los diversos espacios, centros, modalidades y agentes educativos que interactúan con los niños y niñas en esta primera etapa de la vida, promoviendo la continuidad educativa hasta el segundo grado de la escuela primaria.

La elaboración de estos documentos curriculares fue fruto de largos procesos de consulta y participación con espacios y tiempos destinados para ello.

Cuando en 2017 el Codicen elaboró el Marco Curricular de Referencia Nacional (MCRN)10 consideró el Marco Curricular desde el nacimiento a los seis años (2014) como un valioso antecedente, estableciendo algunas líneas de continuidad.

Actores institucionales de relevancia, tales como la Facultad de Psicología y el Ministerio de Salud Pública, han coordinado intersectorialmente con el sector Educación la elaboración de nuevos documentos teniendo en cuenta el Marco Curricular de 2014.11

De algunos errores venimos y hacia nuevos errores vamos

La Ley de Educación 18.437/08, en lugar de recoger y profundizar la visión unificada de la educación desde el nacimiento a los seis años que se venía construyendo, consolidó la fragmentación conceptual y de gestión de la etapa. Desde 2008 en nuestro país, según la ley, “la educación en la primera infancia comprende el ciclo vital desde el nacimiento hasta los tres años, y constituye la primera etapa del proceso educativo de cada persona, a lo largo de toda la vida. Mientras que la educación inicial tiene como cometido estimular el desarrollo afectivo, social, motriz e intelectual de los niños y niñas de tres, cuatro y cinco años”. Estas dos definiciones no coinciden con lo dispuesto por el Comité de la CDN en 2005, que define la primera infancia como un período de la vida que abarca desde el nacimiento a los ocho años.

Los enfoques teóricos más actuales coinciden en que primera infancia refiere al primer trayecto en la vida de las personas, el que, como hemos visto, abarca desde el nacimiento hasta los ocho años, y educación inicial refiere al punto de partida de la educación, la que se inicia desde el momento del nacimiento. Por consiguiente, son términos superpuestos que refieren al mismo trayecto de vida, aunque desde diferentes perspectivas.

Esta confusión entre ciclos y etapa, transformada en letra de ley, consolidó la fragmentación de la gestión llevada a cabo entre el Instituto de la Niñez y la Adolescencia del Uruguay (INAU) para el primer ciclo (0-36 meses) y por la hoy Dirección General de Educación Inicial y Primaria (DGEIP) de la ANEP para tres, cuatro y cinco años. El MEC también formaba parte de la gestión hasta que por la ley de urgente consideración (LUC, 2022) los centros a su cargo pasaron a la órbita del INAU.

Actualmente, tomadores de decisiones a nivel técnico y político, basados en concepciones de infancia parciales y asistencialistas, consideran que la educación se inicia con el ingreso a la educación formal.

Los discursos que actualmente refieren a la primera infancia en nuestro país nombran exclusivamente a los centros CAIF gestionados por el INAU, ignorando la continuidad de la etapa hasta los ocho años. Esta fragmentación de la gestión por edades y organismos dificulta, entre otras acciones, la coordinación intersectorial imprescindible durante los primeros años de vida, transformándose en un obstáculo para implementar las respuestas urgentes que la infancia en situación de vulnerabilidad requiere.

En lo que refiere a las reformas curriculares, en 2008 el entonces CEIP decidió elaborar un nuevo programa denominado de Educación Inicial y Primaria12 en continuidad desde nivel tres años a sexto grado escolar, dejando sin efecto el programa de 1998. A pesar de los esfuerzos del colectivo docente de educación inicial dentro de la ANEP para que se respetara el proceso iniciado y la continuidad establecida con el Diseño Básico Curricular para 0-36 meses de 2006, sólo se incorporaron en el texto del programa de 2008 algunas especificidades de la etapa. En 2014, el Marco Curricular desde el nacimiento a los seis años intentó salvar estas discontinuidades.

Parafraseando a Frabboni, se puede afirmar que en 2008, con lo dispuesto en la ley y en el programa del mismo año antes citado, la escuela primaria pretendió recuperar la tutoría de la educación inicial que, desde siempre, la había llevado de la mano por las escaleras de la educación.

Actualmente, tomadores de decisiones a nivel técnico y político, basados en concepciones de infancia parciales y asistencialistas, consideran que la educación se inicia con el ingreso a la educación formal y que la atención brindada anteriormente sólo refiere a los cuidados. Esto constituye un problema grave porque la visión fragmentada del niño o niña conduce a acciones aisladas y a malos resultados. La visión holística del niño o niña, en cambio, promueve y facilita el enfoque multi e intersectorial, imprescindible para dar respuesta a los graves problemas que aquejan a la niñez uruguaya.

Los anuncios exitistas sobre una reforma curricular que se implementaría desde 2023, comenzando por el nivel nivel años hasta segundo grado escolar, implican un serio retroceso en lo que a concepción de infancia se refiere. Consideran como punto de partida la edad de inicio de la educación formal obligatoria con el propósito de solucionar los problemas existentes en el primer y segundo ciclo de la educación media. Parafraseando nuevamente a Frabboni, con esta reforma curricular será la educación secundaria, especialmente el bachillerato, quien pretenderá ejercer la tutoría sobre la educación inicial, llevándola de la mano por las escaleras de la educación.

El término educación preescolar está en desuso, porque los avances en el conocimiento de la etapa han demostrado que los niños y niñas menores de seis años no son pre nada. Concebirla de esa forma nos regresaría a las épocas históricas del niño adulto o infancia negada. Asistimos con preocupación al surgimiento de esta nueva concepción para la etapa: educación presecundaria o prebachillerato.

Defender, en este contexto, la identidad de la etapa educativa comprendida desde el nacimiento a los seis años constituye un compromiso ético con la niñez uruguaya. Como lo afirma Frabboni, “la educación infantil es el terreno en el que la infancia se siente llamada a reivindicar y apropiarse de la expresión libre de sus necesidades más profundas y de sus energías-recursos más originales y auténticos”.

Elizabeth Ivaldi es maestra de Educación Primaria, especializada en Educación Inicial, Gestión y Supervisión Educativa. Participó en diferentes procesos de elaboración curricular entre 1998 y 2017.


  1. Frabboni, Franco, 1986, La educación del niño de cero a seis años, Cincel Kapelusz, Colombia. 

  2. El Comité de los Derechos del Niño es el órgano de expertos independientes que supervisa la aplicación de la CDN. Está integrado por 18 miembros, representantes de los grupos regionales de la Organización de las Naciones Unidas. 

  3. Programa de Educación Inicial para 3, 4 y 5 años, 1998, CEP, Uruguay. https://recursospreescolar.files.wordpress.com/2009/09/programa-de-3-a-5-anos-uruguay.pdf 

  4. Diseño Básico Curricular para niñas y niños de 0 a 36 meses, 2006, MEC, Uruguay. https://www.gub.uy/ministerio-educacion-cultura/comunicacion/publicaciones/diseno-basico-curricular 

  5. Díaz Barriga, Ángel, 2011. “Competencias en educación. Corrientes de pensamiento e implicaciones para el currículo y el trabajo en el aula”, Revista Iberoamericana de Educación Superior, vol. II, núm. 5, pp. 3-24, México. 

  6. Marco Curricular para la atención y educación de niñas y niños uruguayos desde el nacimiento a los seis años, 2014, CCEPI, UCC, Uruguay. https://mcrn.anep.edu.uy/sites/default/files/Marco%20curricular%200%20a%206.pdf 

  7. Ley 18.437, 2008, Parlamento uruguayo. https://www.impo.com.uy/bases/leyes/18437-2008 

  8. Programa Uruguay Crece Contigo UCC, 2012, Uruguay. https://www.gub.uy/ministerio-desarrollo-social/uruguay-crece-contigo-ucc 

  9. Unesco, Informes de seguimiento de la ETP en el mundo, 2007, Bélgica. https://www.entreculturas.org/files/documentos/biblioteca/InformeEPT_2007.pdf 

  10. Marco Curricular de Referencia Nacional, 2017, CODICEN, ANEP, Uruguay. https://mcrn.anep.edu.uy/sites/default/files/Documento%20MCRN%20agosto%202017.pdf 

  11. Inventario de Desarrollo Infantil, INDI. https://cibpsi.psico.edu.uy/es/inventario-de-desarrollo-infantil-indi 

  12. Programa de Educación Inicial y Primaria, 2008, CEIP, Uruguay. https://www.dgeip.edu.uy/documentos/normativa/programaescolar/ProgramaEscolar_14-6.pdf.