La mayoría de la gente, con la reforma, va a cobrar menos. Y eso es para los que lleguen a tener una jubilación o pensión.

Trataremos de resumir una serie de razones y estudios que lo demuestran.

Recordemos: hoy la jubilación promedio en el Banco de Previsión Social (BPS) es de unos 30.000 pesos, y la mínima está en 17.263. Y eso porque son montos mejorados en los 15 años de gobierno del Frente Amplio. Pero no da para “tirar manteca al techo”... Y a futuro, con la reforma, será menos.

Comencemos por analizar la importancia de las jubilaciones y pensiones en Uruguay, que junto con los salarios son la fuente principal de ingresos de la inmensa mayoría de las personas. Casi todas las personas mayores de 65 años cobran jubilación y pensión.

Un informe del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) muestra que “las transferencias actuales del sistema de seguridad social (jubilaciones y pensiones contributivas) juegan un rol bien importante a la hora de evitar la pobreza en la población adulta” y a su vez, al rebajarlas o eliminarlas, “se incrementa la pobreza en todos los tramos etarios”, ya que ese ingreso también se usa para otros miembros del hogar. Además, mejoran la distribución de los ingresos (por ejemplo, medidos por el índice de Gini).1

En el proyecto de reforma y en la acción del gobierno en estos tres años, la concepción dominante en la coalición oficialista es la rebaja en general del poder de compra, del valor real de las pasividades, y peor en el caso de las jubilaciones mínimas. Por ejemplo, en estos tres años de gobierno de coalición se ha recortado el gasto en pasividades en general y aún más para las mínimas.

En Uruguay, desde 1989 con la reforma constitucional, las pasividades deben ajustarse por lo menos igual que los salarios. En este gobierno han caído hasta ahora los salarios, y esa es una razón de la caída de las jubilaciones y pensiones; la otra son las propias medidas gubernamentales de rebaja de pasividades. Por ejemplo, el monto para las pasividades mínimas de 3,05 bases de prestaciones y contribuciones (BPC) en julio de 2020 es igual al de julio 2022. Sin duda, una parte sustancial del pregonado ahorro del gasto público y disminución del déficit fiscal está ahí, en perjuicio no sólo de jubilados y pensionistas, sino también del consumo, del comercio y productores nacionales. Casualmente esta actitud del gobierno de rebaja de las pasividades mínimas que afectan a 140.000 personas se da simultáneamente al anuncio de eventuales mejoras del monto a futuro de algunas mínimas con la proyectada reforma... ¿Es casual? Creemos que no.2

¿Por qué decimos que se reduce el gasto en pasividades y que la mayoría de las jubilaciones y pensiones van a bajar con la reforma? Porque eso dicen y reiteran documentos del propio gobierno.

En el Senado, las proyecciones de gasto presentadas por el gobierno muestran que con el proyecto de reforma “mejoraría el resultado financiero del BPS en 1,3 puntos del PBI en relación con el escenario actual, sin reforma. Y que más de 90% de la mejora financiera del BPS se explicaría por la baja del gasto en jubilaciones y pensiones”.3

En las proyecciones presentadas por el gobierno ahora en Diputados también baja el gasto: los egresos del BPS bajarían 1,3 puntos del PBI hacia 2050 y 2,2 puntos hacia 2070, lo que representa 20% aproximadamente. Mientras tanto, los ingresos, en general, se mantienen.

Y por las dudas, el gobierno aclara: “La respuesta es contener el gasto”. 15 días después, el gobierno lo vuelve a reafirmar: la reducción del gasto en jubilaciones del BPS se estima en 1,9% del PIB al 2050.4

Aunque también se dijo en un comunicado oficial de Presidencia de la República, en noviembre de 2022, que “en ningún caso va a haber una caída de las jubilaciones” y que “en cualquier escenario la jubilación promedio crece entre 18% y 20%. En todos los casos representativos de ingresos de los aportantes del BPS la jubilación crece o se mantiene”.

Si la reforma alcanza su objetivo de reducir el gasto del régimen jubilatorio del BPS en 20% (unos 1.200 millones de dólares de hoy) sin mejorar los ingresos, la razón, el sentido común, nos indica que las jubilaciones pagadas a partir de la reforma van a ser, para la mayoría de la gente, menores que las actuales. No hay otra.

El contador Luis Camacho, que lideró la Asesoría Económica y Actuarial del BPS por más de 30 años y asesoró a todos los gobiernos en todas las reformas, incluida la de 1995 que creó el actual sistema mixto con AFAP, presentó un contundente informe el pasado martes 7 de marzo en Comisión de Diputados. Allí se concluye, por ejemplo, que para trabajadores y trabajadoras que actualmente tienen unos 42 años de edad (que se jubilarán totalmente por la reforma allá por 2045, con 65 años o más), la gran mayoría pierde, salvo para aquellos con salarios inferiores a 30.000 pesos. Y eso suponiendo que en el futuro el salario no mejore, porque si mejora, también pierden. Recordemos que hay unas 790.000 personas en actividad menores de 45 años en situación similar...

Otro ejemplo es para trabajadores y trabajadoras que ingresan desde ahora, jóvenes, con unos 22 años de edad. En este caso, todos pierden, y más si mejoran el salario a futuro.

Concluye Camacho: “Si se acumulan las jubilaciones de los regímenes solidarios con las correspondientes rentas vitalicias del régimen de ahorro individual, los resultados son significativamente peores, en especial para quienes acreditan muchos años de aporte a ambos sistemas” y “las pérdidas aumentan con la disminución de la edad de los cotizantes”. Atención jóvenes...5

Diversos estudios presentados en la Comisión de Expertos, en el Senado y ahora en Diputados, confirman estas afirmaciones. Cinve, cuya consultoría fue contratada por la Comisión de Expertos, destaca: “En el 66% de las historias laborales se obtendría un beneficio más elevado con las reglas vigentes, en comparación a los obtenidos con el régimen establecido en la reforma”. O sea, dos de cada tres personas van a cobrar menos comparando el sistema actual y la reforma a los 65 años.6

¿Por qué decimos que se reduce el gasto en pasividades y que la mayoría de jubilaciones y pensiones van a bajar con la reforma? Porque eso dicen y reiteran documentos del propio gobierno.

Además, “extender en cinco años la edad de retiro implica reducir el período de percepción de jubilaciones de los actuales 20 años a 15 años con la reforma, lo que implica una reducción de 25% en el tiempo durante el que se van a percibir las jubilaciones”. Y por tanto, “el porcentaje de incremento necesario para compensar por los cinco años de menos en el cobro de las jubilaciones es 33%”. Y peor para los pobres, que en general viven menos años y por lo tanto, cobrarán menos tiempo: “Existe abundante evidencia de la existencia de diferencias no menores en la mortalidad según el estatus socioeconómico de las personas. Además se constata que estas diferencias muestran una tendencia creciente en las últimas décadas”.7

Similares conclusiones se presentaron en ejemplos que dimos como Frente Amplio. Desde la Representación de los Trabajadores en BPS (ERT PIT-CNT) se han presentado al Parlamento y públicamente estudios que indican también pérdidas importantes para la mayoría de la gente con la reforma, entre 5% y 38% según los casos.8

En resumen, las jubilaciones y pensiones a percibir para la mayoría de las personas bajan por varias razones:

1) Por extender a 25 años el período a considerar para calcular la jubilación. En promedio, baja casi 5% (4,7%).9

2) Por la creada Tasa de Adquisición en sustitución de la histórica y universal Tasa de Reemplazo hoy existente en Uruguay y el mundo. Dicha Tasa de Adquisición en general baja el monto a cobrar para la mayoría de las personas, incluso considerando el Suplemento Solidario que puede ser beneficioso para algunas de ellas. Hoy la Tasa de Reemplazo va de 45% a 82,5% en BPS. Un ejemplo: hoy con 65 años y 30 de trabajo, la Tasa de Reemplazo para la jubilación común es 55%; con la reforma, la Tasa de Adquisición será de 45% (y habrá que ver a quiénes les mejora algo o no el Suplemento Solidario). Y otro ejemplo: en el caso de jubilación por incapacidad para todo trabajo, la tasa de reemplazo mínima es hoy de 65%. Hay varios casos donde la Tasa de Adquisición puede estar en 35%, 40%, 45% o 50%, según años de cotización y edad al momento de la incapacidad.10

3) Por la eliminación a futuro de la bonificación de 50% en la parte de jubilación de BPS. Esta mejora importante que hoy existe para las personas afiliadas a AFAP sin estar obligadas a hacerlo (arts. 8 y 28 de la ley 16.713) a futuro desaparece, según el artículo 17, lit. D de la reforma. Esto perjudica a sectores de ingresos medios, porque pierden esta bonificación y no son beneficiarios del Suplemento Solidario que se crea o lo son escasamente.

4) Por la rebaja también en la parte de jubilación por AFAP, o sea, en la renta previsional: es la parte de jubilación que se genera por AFAP y que paga el Banco de Seguros del Estado (BSE). El monto promedio mensual de jubilación común por AFAP (renta vitalicia) es en 2021 de 7.599 pesos y de 9.006 pesos para la jubilación por incapacidad.11 Según información del propio BSE, de un total de 19.000 rentas vitalicias pagadas más recientemente (2018-2020), las que tienen más años de aportes, unas 13.000 (68%), son por un monto inferior a 5.000 pesos, y con un promedio de sólo 1.800 pesos. Otras 3.500 con un monto entre 5.000 y 10.000 pesos, con promedio de 6.700 pesos. Sólo unas 2.500 superan los 10.000 pesos.12

Finalmente analizaremos dos instrumentos que crea la reforma. El Suplemento Solidario sólo se logra si la persona cumple los requisitos y se jubila. Si no se jubila, no hay nada. Se paga hasta la jubilación total de 42.424 pesos (por ejemplo, BPS más AFAP más Suplemento). Para acceder, además, se considerarán otros ingresos no previsionales que tenga la persona, cosa que también definirá a futuro el Poder Ejecutivo, entre las excesivas facultades que esta reforma le otorga... (y que analizaremos en la cuarta nota de este ciclo a publicarse en la diaria).

En tanto, el Suplemento Adicional para pensiones por vejez e invalidez, o sea las pensiones no contributivas, se aplicará según la reforma a las personas con pensión por vejez (pobres, mayores de 70 años) y a las personas con pensión por invalidez con discapacidad severa mayores de 45 años o con pensión por invalidez con discapacidad común, mayores de 70 años, pobres en todos los casos, además, teniendo tres años o más registrados en historia laboral.

Con datos del propio BPS sólo serían eventuales beneficiarios 8.579 personas, o sea aproximadamente 10% de las personas que perciben una pensión por vejez o invalidez (unas 85.000). Y de esas 8.579, unas 7.000 son ya mayores de 70 años.13

Ernesto Murro fue ministro de Trabajo y Seguridad Social y presidente del BPS. Este es el primero de una serie de artículos sobre la reforma de jubilaciones y pensiones que se publicarán en la diaria.


  1. Observatorio de Seguridad Social de Cinve, diciembre de 2021. 

  2. Conferencia de prensa del Frente Amplio, 3 de agosto de 2022. 

  3. https://ladiaria.com.uy/economia/articulo/2022/12/el-debate-sobre-los-impactos-de-la-reforma-previsional-cuando-la-rigurosidad-falta-a-la-cita/ 

  4. Presentación de la Asesoría General en Seguridad Social del BPS el 22 de febrero de 2023 en Diputados. 

  5. Acta de la Comisión de Diputados, 7 de marzo de 2023, pág. 32 y sigs. 

  6. Estudio del Observatorio Seguridad Social, Cinve, diciembre de 2022, ratificado en general, en comparecencia en Diputados el 9 de marzo de 2023. 

  7. https://ladiaria.com.uy/economia/articulo/2022/12/la-propuesta-de-reforma-jubilatoria-utopia-o-distopia/ 

  8. Comparecencia del ERT en Diputados, 17 de febrero de 2023. 

  9. AGSS del BPS, diciembre de 2022. 

  10. Informe de la Representación de Jubilados y Pensionistas en BPS (ERJP) a Diputados, 7 de febrero de 2023. 

  11. Boletín Estadístico BPS 2022, 31 de agosto de 2022, pág. 201 y sigs. 

  12. Informe BSE, diciembre de 2020. 

  13. Diapositiva 19 de AGSS-BPS en Comisión de Diputados, 7 de febrero de 2023.