Voy a escribir estas líneas aun a riesgo de que se me acuse de vaya a saber qué. Como quizás muchos sepan, el artista plástico Claudio Rama iba a hacer una exposición en el Teatro Solís llamada “Vidas encajonadas”, que se iba a exponer entre noviembre de este año y febrero próximo. Sus obras tienen textos. Luego de llegar a un acuerdo con el artista, la dirección del teatro, encabezada por la gran cantante de tangos Malena Muyala, le hizo a Rama un pedido que textualmente dice: “El Teatro Solís solicita que las propuestas artísticas que se programen en los espacios del teatro aborden una perspectiva inclusiva, tanto en el lenguaje oral, escrito y visual. Esto implica la actualización de los textos de la propuesta artística”. O sea, para quien tenga un mínimo de entendimiento, se le censuraba lo escrito y se le instruía sobre cómo escribir.

Más allá de que el lenguaje inclusivo de hecho se puede usar (nadie comete un delito si lo usa), en la práctica la Real Academia Española (RAE) no lo acepta. Pero eso es menor... si alguien quiere usarlo, en una canción, en un poema o en lo que sea, está bien. El arte es, en mi opinión, libre, y cada artista tiene derecho a usarlo, a forzarlo. Y sin dudas, se pueden alcanzar cumbres artísticas al cambiar formas de expresión, sea en la literatura, artes plásticas, teatro o lo que sea. Así que no tengo nada en contra de que un artista se exprese como su inspiración le dicte. Por el contrario, me parece bárbaro y lo aplaudo.

Pero de allí a “solicitar”, media un abismo. El comunicado del teatro es una forma de censura. Que se le pida a alguien que creó algo que lo “actualice” de la forma que les gusta a las autoridades... ¿no hace recordar al período negro de la dictadura, en que los cantantes debían entregar los textos de lo que iban a interpretar, y podían ser (y de hecho fueron) censurados?

Es lamentable. Y para mí, como viejo militante de izquierda, es peor que compañeros (¿compañeres?) de ruta estén en “esa onda”, y lo digan sin medir sus consecuencias. Entiendo y comparto la lucha feminista. Pero flaco favor se le hace a esa justa y noble causa, en la que tantos estamos comprometidos, cuando se la quiere imponer a la fuerza, censurando: la censura es una herramienta de los totalitarismos, no de fuerzas de izquierda y progresistas. Claro está que yo también cuestionaría fuertemente si alguien quisiese expresar “artísticamente” la superioridad racial blanca, el odio a los gays, a los judíos o a las mujeres o a quienes sufren el síndrome de Down. Pero no es el caso.

Entiendo y comparto la lucha feminista. Pero flaco favor se la hace a esa justa y noble causa, en la que tantos estamos comprometidos, cuando se la quiere imponer a la fuerza, censurando: la censura es una herramienta de los totalitarismos.

Finalizo. Se pidió la renuncia de Muyala a la dirección del teatro. Yo no. Apelo a que esa gran artista, a quien tanto admiro, piense un poco, baje un cambio y anule el pedido. Reconocer un error, por más grande que sea, es una muestra de inteligencia y de sensibilidad. Y Malena puede hacerlo, puede hacer autocrítica y reconocer que le erró feo. La admiraría más si lo hace. Ojalá lo haga. Quiero que pase a nuestra mejor historia como la gran cantante que es y no con la mancha de haber sido una censora. Malena, estás a tiempo: nunca es tarde para reconocer errores.

Héctor Musto es doctor en Ciencias Biológicas y docente grado 5 de Genómica Evolutiva en la Facultad de Ciencias.