Cambiar los cimientos de una casa es siempre una tarea difícil. Y lo es mucho más si se pretende hacer en paralelo a cambios de hábitos y funcionamiento. Y aún mucho más cuando se tiene poco tiempo y, además, te enfrentás a gente muy poderosa que se cree dueña de la casa, aunque no lo sea, y desea que todo siga igual.
Este es el verdadero dilema que enfrenta el actual gobierno colombiano desde que asumió. Sabía que no sería fácil, pero esta era la base de su contrato electoral. La mayoría colombiana decidió apoyar a Gustavo Petro y Francia Márquez para que cambiaran el país desde sus estructuras hasta sus cotidianidades.
Luego de un año y medio de gobierno, en el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) DATA queremos hacer un balance de cuánto se avanzó (véase la tabla que acompaña esta nota para los detalles numéricos): 1. bajó el índice de precios general y el de alimentos; 2. aumentó el salario mínimo legal mensual; 3. se redujeron la desocupación y la tasa de informalidad; 4. mejoró el tipo de cambio y se apreció la moneda nacional; 5. se incrementó la inversión extranjera en sectores no petroleros; 6. mejoró el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos; 7. se redujo el balance fiscal del gobierno central; 8. subió el índice de actividad manufacturera; 9. crecieron las ventas en los micronegocios y el gasto en el consumo final de los hogares; 10. bajó la deuda pública externa.
A todos estos buenos datos hay que sumar que se realizó una reforma tributaria para ganar en eficiencia y progresividad; se aprobó una reforma agraria que mejoró el acceso y el reparto de tierras a favor de los campesinos (que todavía está en dificultades de implementación plena porque muchos dueños de la tierra se niegan a cumplir la ley); en materia de salud y trabajo se viene intentando dejar atrás el modelo neoliberal, pero aún no se ha conseguido debido a que está siendo muy complicado lograr el apoyo en el Legislativo; y también se ha planteado una gran reforma de la Justicia (que todavía está en veremos).
Por último, no podemos dejar de mencionar la destacada política exterior del presidente Gustavo Petro en este tiempo, muy proactiva, que otorga máxima prioridad a los países vecinos (Brasil, Venezuela y Colombia), con mucha presencia en organismos internacionales y centrando su agenda en lo ambiental, la lucha contra las drogas y la paz.
No podemos dejar de mencionar la destacada política exterior del presidente Gustavo Petro en este tiempo, muy proactiva, que otorga máxima prioridad a los países vecinos.
Es cierto que aún restan muchas cosas por hacer, pero nadie puede negar que en estos meses Colombia cambió.
Alfredo Serrano Mancilla es director ejecutivo de Celag DATA y doctor en Economía.