Según la Real Academia Española, algunos sinónimos de la palabra regular son: adecuar, acomodar, ajustar, reglar, reglamentar, normalizar, pautar, reajustar, ordenar, organizar, regularizar. En algunos actores se ha instalado la idea -a mi juicio, equivocada- de que, si regulamos el juego, abrimos las puertas al avance de la actividad y la promovemos.
En primer lugar, corresponde destacar que el juego está activo en todas sus modalidades, con o sin regulación, y que hoy la explotación del juego no se concibe sin el involucramiento y la participación del Estado. La ausencia del Estado es, sin lugar a dudas, uno de los peores escenarios. Esto reafirma una verdad por demás incuestionable: las personas juegan y en muchos casos desconocen si sus opciones están autorizadas o no por el Estado.
En un mundo cada vez más digitalizado, los juegos de azar se han vuelto una industria en constante expansión. La falta de una regulación efectiva puede llevar a uno de los peores escenarios posibles: un mercado descontrolado, donde el juego ilegal persiste y los jugadores quedan expuestos a graves riesgos. Regular los juegos de azar no sólo es una medida de protección, sino una forma de ordenar y garantizar un entorno más seguro para todos.
Sin una regulación clara y estricta, los juegos de azar se mantienen activos tanto en plataformas legales como ilegales. El mercado negro del juego siempre existirá y las personas seguirán buscando formas de apostar, incluso si las autoridades no lo permiten. La regulación permite supervisar y controlar la actividad, reduciendo las oportunidades para que el juego ilegal crezca.
Asimismo, la regulación ayuda a crear un entorno más seguro en el que las personas puedan jugar de forma responsable, sabiendo que están protegidas por leyes que aseguran la integridad del juego. Sin una estructura legal, las plataformas no reguladas pueden operar sin ningún tipo de control, lo que trae aparejado el aumento de determinados riesgos.
En entornos no regulados, los jugadores no tienen garantías sobre la protección de su dinero o la privacidad de sus datos personales. La falta de mecanismos para prevenir la adicción al juego también es un factor crítico, ya que muchas veces estos servicios no tienen ningún programa de prevención.
En un mundo cada vez más digitalizado, los juegos de azar se han vuelto una industria en constante expansión. La falta de una regulación efectiva puede llevar a uno de los peores escenarios posibles: un mercado descontrolado.
El juego ilegal también evade impuestos y, por lo tanto, limita las oportunidades de generar ingresos para los gobiernos, que podrían utilizar esos fondos en programas de salud, educación y prevención de la adicción.
La regulación permite que las autoridades puedan verificar que los operadores cumplen con los estándares éticos y legales. Así, se garantiza que los fondos recaudados sean transparentes y que el entorno de juego sea seguro. A través de regulaciones estrictas, se pueden implementar políticas de autoexclusión, límites de apuestas y otros mecanismos que protejan a los jugadores de la adicción y el abuso.
Al ofrecer una alternativa legal, confiable y supervisada, la regulación contribuye a desplazar el juego ilegal hacia el mercado formal. Esto permite que los jugadores jueguen con mayor seguridad y en condiciones legales, minimizando los riesgos asociados.
Las regulaciones deben estar en constante actualización, adaptándose a las nuevas tendencias del mercado para evitar que los juegos ilegales se sigan colando entre las grietas de la normativa.
En consecuencia, concluimos que regular los juegos de azar no significa promover ni incentivar el juego, sino garantizar un entorno seguro y controlado para aquellos que eligen participar.
Con o sin regulación, el juego ilegal siempre estará presente, y su proliferación es aún más peligrosa cuando no hay un marco legal que lo controle. Además, una regulación eficaz también debe abordar la publicidad abusiva que a menudo induce al juego compulsivo. Sólo a través de un control adecuado podemos asegurar que la industria opere de manera responsable y segura.
La regulación es, por tanto, una herramienta esencial no sólo para proteger a los jugadores, sino también para erradicar las actividades ilícitas que afectan a la sociedad en su conjunto.
Luis Gama fue director nacional de Loterías y Quinielas.