Cultura
Quedarse helados
Hace cuarenta y pocos años, cuando surgió el arte conceptual, el gran debate era si, una vez atestiguada la desmaterialización de las obras (según la todavía vigente terminología acuñada por una de sus profetas, Lucy Lippard), éstas seguían siendo arte. Frente a la desaparición de toda cuestión técnica, frente a la reducción de la creación a su “idea” realizada sin pinceles y cinceles, el público reaccionó con desconcierto, cinismo o miedo.