Cultura
“El Panopticon es una máquina creada para disociar la dupla mirar-ser mirados: en el anillo periférico uno es mirado en su totalidad, sin poder mirar nunca; en la torre central, se mira todo, sin ser mirados nunca”. La explicación que Michel Foucault elabora de este tipo de prisiones en su Vigilar y castigar parece (más allá de una definición puntual y rica de derivaciones filosóficas de este escalofriante aparato arquitectónico del poder en donde la vigilancia invisible, pero potencialmente perpetua, se vuelve absoluta y castradora) materia fecunda, con su insistencia sobre la “visión”, para reflexionar a la hora de ver convertido el mismo edificio en un museo de artes visuales. El paso sucesivo sería cambiar la palabra “preso” por “obra de arte” y así leer como sigue Foucault: “Es visto, pero no puede ver; objeto de una información, nunca sujeto de una comunicación”. Muchos concordarían con la frase pensando en el rol de todo lo expuesto en sedes museales.