“Hay que parar ya”, dice uno de los presentes en la asamblea. A pocos metros, una muchacha retruca: “¿Parar para qué? El Estado ya se apoderó del discurso del paro. Si paramos es la excusa perfecta para privatizar la universidad. ¡Tenemos que encontrar otras formas de resistencia!”. La Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) se encuentra impedida de funcionar desde finales de 2015, cuando el estado suspendió por primera vez los pagos de sueldos de funcionarios y de becas de estudiantes, que comúnmente son su única fuente de ingreso.
“La ocupación me abrió los ojos a la política. Muchos alumnos que eran considerados los peores de la clase se pusieron a lavar los pisos del liceo. Las ocupaciones cambiaron la forma de relación de los alumnos, profesores y padres, e incluso del barrio, con los liceos”, dijo Lincoln Oliver, estudiante del centro estadual de educación secundaria Heitor Lira, del barrio de Penha, en Río de Janeiro.
El primer Festival Internacional de la Utopía, organizado en Maricá, Río de Janeiro, desde el miércoles hasta el domingo congregó 5.000 personas de más de 40 países, con algunos oradores destacados y muchísimos militantes de las más diversas causas, un intento de articulación ampliada de movimientos sociales que puede ser la antesala de unos Juegos Olímpicos tumultuosos en Brasil.
El martes 30 le tocará a Brasil pronunciarse sobre una propuesta de enmienda constitucional que reduce la edad de imputabilidad penal de 18 a 16 años. A diferencia de Uruguay, allí no habrá plebiscito: el proyecto será votado en Diputados y hay serias posibilidades de que sea aprobado. En Río de Janeiro, la diaria conversó con especialistas en derechos humanos y prevención de la violencia, quienes advirtieron sobre los efectos que puede tener la aprobación de la enmienda en la población más vulnerable.
La historiadora y socióloga transexual Leilane Assunção recibió a la diaria en su casa en Natal. Como profesora de la Universidad Federal de Río Grande del Norte (UFRN) y activista social, se refirió a la corrupción política, el fundamentalismo religioso, el activismo LGBT y la situación de los usuarios de drogas en Brasil, entre otros temas.
Los brasileños Lenine y Maria Gadú ofrecen hoy la última de dos noches íntimas en el teatro Solís, en las que presentan el espectáculo Cantautores, un show particular que ameritaba hablar con el compositor pernambucano sobre este encuentro y sus raíces.