El ex presidente argentino Carlos Saúl Menem sigue acumulando procesamientos judiciales en su contra. Ayer el juez federal Ariel Lijo decidió procesarlo en el marco de una causa que busca determinar si hay responsables de encubrimiento y de obstruir a la justicia en la investigación del ataque cometido en julio de 1994 contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en el que murieron 85 personas.

El dictamen de Lijo -que establece que todos los procesados habrían cometido “encubrimiento y violación de medios de prueba”- también abarcó, entre otros, al ex funcionario diplomático Munir Menem, hermano del ex mandatario; al ex juez federal Juan Galeano -quien durante años estuvo a cargo de la investigación del atentado-, y también al ex comisario Jorge Palacios, apodado Fino, quien había sido designado en julio por el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, como jefe de la Policía porteña. En agosto, Palacios renunció a ejercer ese cargo, sobre todo por la lluvia de cuestionamientos que recibió desde diversos sectores, en particular de familiares de víctimas del atentado a la AMIA.

Ayer, el juez procesó a Fino por entender que sería “partícipe necesario del delito de encubrimiento, autor penalmente responsable del delito de abuso de autoridad y autor del delito de violación de medios de prueba”. Tal como recordó ayer en su edición digital el diario La Nación, el día de la renuncia de Palacios, Macri reconoció en la decisión del ex comisario “un acto de grandeza”.