Sebastián Piñera, el candidato de la derechista Alianza por Chile, parece inamovible a la cabeza de las encuestas de intención de voto para las elecciones de diciembre. Pero de acuerdo a los sondeos, el nombre del nuevo presidente chileno se conocerá en una segunda vuelta electoral, prevista para el 17 de enero.

La incógnita es quién competirá con Piñera. Pese a la alta popularidad de la actual mandataria chilena, Michelle Bachelet, que alcanzó índices de aprobación históricos, superiores a 70%, algunos sondeos dejan a la oficialista Concertación y a su candidato, el ex presidente Eduardo Frei, en un reñido segundo puesto. Lo disputaría con el independiente Marco Enríquez-Ominami.

Un sondeo del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC), difundido ayer, coloca a Piñera en primer lugar en intención de voto, con 41% de las adhesiones, pero arroja un empate técnico entre los otros dos candidatos, que rondarían el 20% de respaldo.

Otro sondeo, de la empresa IPSO, indica que Frei aumentó su intención de voto, que pasó de 22,9% en agosto al actual 27,2%, y lo ubica en el segundo lugar detrás del derechista Piñera, que tiene 36,7%. Mientras tanto, Enríquez-Ominami obtendría 18,2% de los sufragios en diciembre, de acuerdo a IPSO.

Según esta encuesta, Enríquez Ominami resultaría un rival mucho más peligroso -en comparación con Frei- en la pelea con el millonario Piñera. Si compitieran en balotaje, Enríquez Ominami obtendría el 42,3% contra el 42,8% de Piñera. En cambio, si Frei llegara a la segunda vuelta, el candidato de la derecha recibiría el 44,5% de adhesiones contra 39,6% del candidato oficialista.

Según el analista Santiago Escobar, la tendencia indica que la Concertación está en pleno declive. La caída del candidato Eduardo Frei ha provocado repercusiones inmediatas en su estrategia de campaña. A causa de los resultados de otros sondeos difundidos el domingo, que indicaban que Enríquez-Ominami supera a Frei en Santiago, Valparaíso y Concepción, las tres ciudades más importantes del país, el equipo electoral de la Concertación reclutó dos nuevas caras a la campaña. Laura Albornoz, la ministra a cargo del Servicio Nacional de la Mujer y presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres, y Ángela Jería, la madre de Bachelet, sumaron su participación con la finalidad de captar votos.

La cercanía en las encuestas de Enríquez-Ominami, quien renunció en junio al Partido Socialista chileno, genera preocupación en el oficialismo, que ve factible la posibilidad de perder su primera elección desde la vuelta a la democracia, en 1990.