El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recibió ayer el Nobel de la Paz en la ciudad noruega de Oslo, donde reconoció la contradicción que supone este premio tan sólo algunos días después de anunciar el envío de nuevas tropas a Afganistán. Obama -el tercer mandatario en la historia de su país en recibir el Nobel de la Paz- dijo que “a veces, la guerra está justificada”. Que su país protagonice desde hace años dos guerras, una en Afganistán y otra en Irak, fue un motivo para que muchos cuestionaran la decisión del Comité Nobel de elegir a Obama para el premio de la Paz.

Ante la pregunta de qué actitud tomaría a partir de su reconocimiento con un Nobel, Obama afirmó sus intenciones de luchar contra la proliferación de armas nucleares, trabajar para evitar el cambio climático y procurar la estabilidad en países como Afganistán, en el que Estados Unidos se embarcó en una guerra hace ocho años.El mandatario expresó que una “guerra justa” podría llevar a una “paz justa” y sostuvo que en algunos casos, la política de no violencia llevada adelante por “hombres como Mahatma Gandhi o Martin Luther King puede no haber sido práctica o posible”, indicó la agencia de noticias EFE.

A lo largo de su discurso, Obama mencionó a varias personalidades que recibieron el Nobel de la Paz antes que él, entre ellos el ex presidente sudafricano Nelson Mandela y el médico Albert Schweitzer, y en particular se refirió a Luther King, premiado en 1964 por la lucha por los derechos civiles. El presidente admitió en la ceremonia, en el Auditorio Municipal de Oslo, que sus propios logros “son escasos” en comparación con los de sus antecesores.

En una conferencia de prensa realizada en presencia del primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, Obama hizo referencia a las críticas que consideran que es prematuro otorgarle el Nobel a sólo once meses de asumir la presidencia y sin que haya obtenido logros importantes para la paz mundial. Aseguró que su propósito no es “ganar un concurso de popularidad” sino defender los intereses de su país y convertirlo “en una fuerza persistente del bien en el mundo”. Añadió que el premio lo impulsa a trabajar en esa línea.

Uno de los mayores críticos con el premio otorgado a Obama fue el ex presidente cubano Fidel Castro. En una de sus “Reflexiones”, que publican los medios oficiales cubanos, Castro dijo ayer que Obama “no estaba obligado a un acto cínico” como recibir el Nobel de la Paz cuando ya había decidido enviar más tropas a la guerra en Afganistán.

En el artículo de opinión, escrito antes de que Obama diera su discurso en Noruega, Castro manifestó, según reprodujo EFE, que esperaba oír en esa ocasión “un nuevo compendio de frases que ocultan la existencia real de una superpotencia imperial con cientos de bases militares desplegadas por el mundo”.