En el marco de la conmemoración del 187º aniversario del Grito de Ipiranga, hecho histórico que marcó la declaratoria de la independencia brasileña respecto de Portugal, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva firmará hoy un acuerdo militar con su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, que será el mayor en materia de defensa en la historia reciente de Brasil.

El presidente galo -que permanecerá menos de 24 horas en territorio brasileño- llegó en la tarde de ayer a Brasilia, por la noche cenó con Lula y hoy por la mañana, luego de asistir a un desfile militar, rubricará el acuerdo que consideró parte de “la nueva dimensión dentro de la alianza entre los dos países”.

El convenio, por unos 12.000 millones de dólares que serán pagados en un plazo de 20 años, estipula la compra por parte de Brasil de cuatro submarinos y 50 helicópteros, pero además se estima que en poco tiempo el acuerdo se ampliará con la adquisición de 36 aviones de combates de procedencia gala. Como condición para la firma del acuerdo, Brasil exigió que los franceses aportaran conocimiento tecnológico para fabricar un submarino nuclear, que se armará en astilleros brasileños, y también para las áreas navales y aeronáuticas.

“Todos saben que uno de los requerimientos de Brasil es la transferencia de tecnología. No podemos comprar un avión de combate si no tenemos la tecnología”, señaló Lula en una entrevista publicada ayer por el diario francés Le Monde.

Pero más allá de lo comercial, la firma del documento por parte de los presidentes, según declararon fuentes del Ministerio de Defensa norteño citadas por el diario Folha de São Paulo, forma parte de una alianza estratégica que busca fortalecer la vigilancia de la plataforma marítima brasileña -el “presal”- en la que se encuentran las grandes reservas de petróleo y gas descubiertas hace pocos años.

De acuerdo a lo señalado por João Roberto Martins, un experto en temas militares, en una entrevista con Folha, esta alianza marca la intención de Brasil de transformarse en una potencia mundial en los próximos años. En sintonía con las palabras de Martins, Roberto Godoy, otro experto citado por ANSA, aseguró que la postura que está tomando Brasil modificará la ecuación militar en América Latina. “Probablemente esto sea el inicio -aunque eso nadie lo admite porque puede traer consecuencias diplomáticasde un camino que dará a Brasil el mayor poder de fuego naval de América Latina”, afirmó Godoy.

Pero la reubicación de Brasil en el mapa geopolítico no sólo se limita al aspecto militar, sino que ha sido cimentada cuidadosamente desde hace varios años por la estrategia diplomática que adoptó la administración Lula. En este sentido, Sarkozy señaló que a partir de 2011, año en el que la presidencia rotativa del G8 recaerá sobre Francia, este organismo -que reúne a los siete países más desarrollados del mundo y a Rusia- va a dejar de existir como tal para convertirse en el G14, grupo que incluirá también a las potencias emergentes: Brasil, India, China, Sudáfrica y México.

En una entrevista publicada ayer en la página digital del diario O Globo, Sarkozy declaró: “No tengo la pretensión, evidentemente, de ser el primero en haber comprendido que en el siglo XXI simplemente no se puede prescindir más de un país como Brasil para solucionar los grandes problemas del mundo”.