Las calles de Chile fueron el fin de semana el espacio destinado a recordar el fin del gobierno del socialista Allende y el comienzo de la dictadura pinochetista, cuyas secuelas todavía intenta superar el país. Unas 3.000 personas partieron ayer del centro de Santiago hasta el Cementerio General de la capital chilena para recordar a las víctimas de ese régimen. Se estima que 28.000 personas sufrieron la cárcel y la tortura, y que los asesinados y desaparecidos fueron 3.200.

Cuando los manifestantes habían recorrido unas quince cuadras, grupos de carabineros intentaron dispersarlos con gases lacrimógenos y chorros de agua, informó EFE. “Ésta ha sido una provocación de carabineros que han comenzado a atacar la marcha [...], esto es una democracia vigilada”, dijo a la agencia Jorge Arrate, candidato de la coalición de izquierda Juntos Podemos.

Aunque el 36º aniversario del golpe se conmemoró el viernes, desde el miércoles comenzaron las movilizaciones para recordar esa fecha.

En los últimos años, estas marchas y actos incluyeron algún caso de violencia.

Esta vez, tres personas murieron en manifestaciones, todos menores de 23 años, todos baleados. Hubo 20 heridos y 206 detenidos, acusados de delitos de desorden y destrozos en la vía pública, saqueo de comercios y uso de armas de fuego.

Ayer la Policía argumentó que actuó contra la marcha porque alguien tiró piedras contra autos y edificios. Para los manifestantes, en cambio, la represión policial sin motivo es uno de varios hechos que repudian.

Como Arrate, entienden que la dictadura terminó con cabos sueltos.

Uno de ellos es el escándalo que surgió este mes, al conocerse que ex represores son contratados por las Fuerzas Armadas. Otro, la decisión de la Corte de Apelaciones de Santiago de otorgar la libertad provisional a 57 de 131 ex represores acusados de cientos de desapariciones en una misma causa judicial.

En este aniversario, el Ejecutivo que encabeza Michelle Bachelet anunció que reabrirá dos informes, los surgidos de la Comisión Retting y la Comisión Valech sobre crímenes de la dictadura, y rindió homenaje a Allende en el Palacio de La Moneda.

Otros homenajes oficiales se dedicaron a Edgardo Boeninger. A los 84 años, murió ayer este ex vicepresidente del Partido Demócrata Cristiano y figura clave en el nacimiento de la gobernante Concertación.

Pero fue en torno a la figura de Allende que los principales políticos chilenos marcaron perfil. El candidato presidencial oficialista, Eduardo Frei, repitió el vienes un “nunca más” a las violaciones de derechos humanos. Su contrincante, el empresario Sebastián Piñera, de la derechista Alianza por Chile, se desmarcó del clima de homenaje y dijo que “para algunos [el golpe] terminó con un gobierno que estaba conduciendo a Chile a un caos social y para otros fue el inicio de una nueva etapa”. Como para devolverle el favor, Rodrigo García Pinochet, nieto de Augusto, declaró que en su condición de “independiente de derecha” opina que la candidatura de Piñera es la “mejor para el país”.