El portavoz del gobierno iraquí había declarado en la mañana de ayer que en pocos días se ejecutaría a Alí Hassan al Majid o Alí el Químico, quien había acumulado cuatro condenas a la pena de muerte. Pocas horas después, Alí el Químico fue llevado a la horca, el mismo sistema que se utilizó el 30 de diciembre de 2006 para ejecutar a su primo, Saddam Hussein.

Alí el Químico fue ministro de Defensa y de Interior durante el régimen de Hussein y era uno de los hombres fuertes. Recibió su última condena de muerte, anunciada el 17 de enero, por ordenar en 1988 un ataque con gas venenoso sobre la población kurda, en la ciudad de Al Halabja, donde murieron, en un día, unas 5.000 personas. Lo mismo había hecho sobre el Kurdistán iraquí, causando la muerte de casi 180 personas. Los ataques con gases le dieron su apodo.

También fue relevante su papel en los sangrientos asesinatos de decenas de chiitas en 1999, así como en la sangrienta represión de la revuelta chiita en 1991, luego de la invasión de Kuwait. Por ambos crímenes tuvo otras dos condenas de muerte, informó la agencia de noticias EFE.

Al Majid también tuvo a su cargo la dirección de los servicios secretos iraquíes y los del partido oficial Baaz. Alí el Químico asesinó, en 1996, a sus dos sobrinos, casados con dos hijas de Hussein, por desertores. Figuraba quinto en la lista de los 55 iraquíes más buscados cuando fue detenido en 2003 por las fuerzas estadounidenses que invadieron Irak. Su captura se anunció como un golpe a los soportes con los que todavía contaba Hussein en la clandestinidad.

Desde su detención hasta el día de su muerte, Alí el Químico no mostró ninguna señal de remordimiento por sus matanzas y mantuvo que lo hacía por la seguridad de Irak, informó BBC.

Su ejecución coincidió ayer con un triple atentado sobre el centro de Bagdad que dejó al menos 36 muertos y más de 70 heridos. El gobierno investiga si los hechos están relacionados entre sí o si el ataque tiene que ver con la cercanía de las elecciones legislativas, que serán el 7 de marzo.

Según los informes policiales, los tres atentados con coches bomba fueron cometidos por atacantes suicidas. La primera y mayor explosión ocurrió frente al hotel Ishtar Sheraton, en un parque frecuentado por familias. El hotel ya no funciona como tal sino que alberga oficinas de empresas y medios de prensa, aunque algunos grupos de turistas utilizan algunas habitaciones, informó la agencia de noticias Reuters. El segundo coche bomba detonó cerca del hotel Babylon, que es utilizado por iraquíes y a veces para reuniones de gobierno y se encuentra cerca de la “zona verde”, donde están los edificios gubernamentales. La tercera explosión ocurrió en el hotel Al Hamrá, que también funciona como albergue de periodistas occidentales desde 2003.

Las autoridades sospechan que los atentados fueron coordinados por Al Qaeda, porque el método es similar al que utiliza esa organización, informó EFE.

El ataque ocurrió luego de que las fuerzas de seguridad iraquíes reforzaron la seguridad en Bagdad por las elecciones. El último atentado, en diciembre, fue uno de los más mortales -mató a 127 personas y causó heridas a 448-, como resultado de cinco explosiones simultáneas, atribuidas a Al Qaeda.

El gobierno también apunta como autor de atentados al remanente del partido Baaz, al que pertenecían Alí el Químico y Hussein, y que fue declarado ilegal luego de la invasión estadounidense. Para las elecciones, la comisión electoral prohibió la participación de casi 500 candidatos a legisladores y, aunque no informó las razones, se sospecha que los vetados pertenecían al Baaz. Según informa BBC, el organismo encargado de los vetos y la comisión electoral son parciales y están relacionados con partidos religiosos chiitas. A ello atribuye que combatan al partido Baaz, al que pertenecía la mayoría sunita iraquí.

De las elecciones de marzo surgirán las autoridades que gestionarán el país a fines de año, cuando se retiren las fuerzas militares de Estados Unidos, según el cronograma fijado por el gobierno estadounidense.