“El gobierno declaró que las operaciones de búsqueda y rescate finalizaron”, anunció Elisabeth Byrs, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA). Se refería a los sobrevivientes del terremoto que el martes 12 golpeó a Haití. De acuerdo al gobierno, los cuerpos recuperados son unos 120.000, y el número de muertos podría ascender hasta 150.000 o 200.000. Pero la posibilidad de encontrar personas vivas atrapadas es muy poca. Los equipos que trabajan con las víctimas se enfocaban ayer en dar atención médica a los sobrevivientes y en rescatar cuerpos, indicó Byrs a la agencia de noticias Reuters. Manifestó que preocupa a la OCHA que muchas personas heridas no recibieron asistencia sanitaria todavía.
Otra preocupación fue planteada por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, que denunció la desaparición de niños de hospitales, y la existencia de un mercado ilegal de adopciones. “La trata de niños ya existía en Haití” antes del terremoto y “desgraciadamente, las redes de trata tienen vínculos con el mercado internacional de la adopción”, informó el consejero regional de Unicef, Jean-Luc Legrand. “Tuvimos el mismo problema con el tsunami” en Asia, en 2004, añadió. Dijo que “esas redes se activan apenas ocurre una catástrofe y aprovechan la debilidad de la coordinación” en el país para actuar.
A quien se le pregunta una y otra vez acerca de responsabilidades en suelo haitiano es al presidente René Préval. El fin de semana, en entrevista con el diario madrileño El País, insistió en desestimar los cuestionamientos que reciben los militares estadounidenses presentes en su país. Sin embargo, el periódico señaló que durante la entrevista dos guardias haitianos escoltaban al presidente, y otros dos guardias, estadounidenses y más grandes, los escoltaban a ellos.