La Empresa Nacional de Fármacos de Ecuador (Enfarma), creada por un decreto del presidente, Rafael Correa, anunció que su estrategia incluye la producción para el abastecimiento del mercado interno, pero que también planea exportar productos farmacéuticos a los países miembros de la Alianza Bolivariana (Alba). En el mercado interno, bajar los precios para facilitar el acceso de los ciudadanos a los medicamentos es la principal meta de la compañía estatal, informó el gobierno ecuatoriano.

Enfarma será la primera industria farmacéutica del país especializada en proveer medicamentos para los hospitales públicos, y a costos más bajos que los del mercado, explicó el gerente de la empresa, Roberto Tadeo, según informó la agencia de noticias EFE. Pero también se propone fomentar la investigación y el desarrollo, dijo Tadeo.

Añadió que el proyecto no debe limitarse al consumo de los ecuatorianos. “Nuestro interés, incluso, es cubrir lo que es el Alba, tenemos ahí 70 millones de habitantes”.

Aclaró que Enfarma no se propone instalar farmacias ni ingresar al sector privado, sino ocuparse sólo del público. “El sector productor de fármacos nacional no tiene por qué preocuparse, más bien nuestra intención es ser un aliado de ellos y ofrecerle desarrollar productos que por su costo no pueda asumir sin esa cooperación”, expresó.

La empresa fue concebida sin fines de lucro, ni siquiera de autofinanciamiento, porque “el objetivo es el servicio, en ese sentido tiene financiamiento estatal”, informó el ministro coordinador de Política Económica, Diego Borja, según recogió la agencia de noticias ANSA.

De acuerdo a las previsiones de las autoridades de Enfarma, a mitad de este año comenzará la producción de medicamentos genéricos y en doce meses, la producción de otros fármacos. De acuerdo a sus previsiones, en cinco años, la empresa tendrá capacidad de producir también para el exterior.

Con este emprendimiento el gobierno ecuatoriano pretende aumentar el porcentaje de consumo de productos farmacéuticos de fabricación nacional, que hoy significan un porcentaje que oscila entre el 22% y el 26% del mercado, mientras que el resto proviene de las importaciones de empresas transnacionales.

América Latina no cuenta con industrias estatales que produzcan medicinas en una escala industrial. Las excepciones son Brasil y Cuba. En declaraciones citadas por ANSA, el médico argentino Jorge Rachid, uno de los precursores de la Red de Laboratorios Públicos que reúne fabricantes de fármacos de todo el país, dijo que “la fabricación de medicamentos es un tema de soberanía, porque permite tomar decisiones sin depender de las multinacionales”.

Integración cultural

Otro proyecto relacionado con la producción de medicamentos es el que anunció el Ministerio de Salud de Bolivia, que determina la instauración de las llamadas “farmacias interculturales”. Se trata de farmacias que tienen como principal finalidad ofrecer a la población medicamentos producidos con recetas propias de la medicina ancestral. Esos productos serán recetados por médicos indígenas, los denominados yatiris, kallawayas o sabios amautas. La iniciativa, de carácter mixto, también prevé la distribución de fármacos comunes.

Amílcar Rada, funcionario a cargo de la Unidad de Medicamentos, informó que las dos primeras farmacias de este proyecto se instalarán en las localidades de Patacuya y Orinoca. “Se eligieron estas regiones por la población y porque allí se consolidaron las que eran las Farmacias Institucionales Municipales”, dijo, según recogió el diario boliviano La Razón. La idea del gobierno es extender luego la propuesta al resto del país, en particular a las zonas rurales. La iniciativa establece como requisito que los productos tengan su registro sanitario. Según sostuvo Rada, hasta el momento son más de diez los fármacos que se encuentran registrados y otros están en trámite de registro. La directora de políticas farmacéuticas de la Unimed, Wilma Terán, aseguró que esta unidad elabora una lista de medicamentos naturales y tradicionales que incluye no menos de 200 productos.

Esta propuesta se enmarca en la aplicación de una nueva Constitución Política del Estado, aprobada en febrero de 2009, que consagra los “saberes y conocimientos tradicionales” de los pueblos indígenas, “su medicina tradicional, sus idiomas, rituales y vestimentas”. Fiel a este criterio el ministro de Salud, Ramiro Tapia, inaugurará las primeras dos farmacias con la celebración de una ofrenda a la Pachamama, la Madre Tierra, y la realización de un apthapi, una ceremonia de unión en la que se comparten alimentos, herencia de los pueblos nativos del occidente boliviano.