Divorciada, feminista, defensora del medio ambiente, la dirigente del partido de izquierda Fuerza Social (FS), Susana Villarán, de 61 años, agradeció a su rival, la conservadora Lourdes Flores, por reconocer su triunfo en las elecciones por la alcaldía de Lima. Flores “ha reconocido la verdad, que la distancia era demasiado grande y que yo he ganado estas elecciones. Estoy muy contenta”, expresó.
Villarán lidera el escrutinio con el 38,4% de los votos, cuando se había escrutado ayer 97% de las actas. Será la primera vez en 23 años que la izquierda gobierne la capital peruana. Por su parte, Flores, del Partido Popular Cristiano (PPC)-Unidad Nacional (UN), recibió 37,6%, informó ayer la Oficina Nacional de Procesos Electorales.
Fuerza Social había convocado el lunes a una concentración frente al Jurado Nacional de Elecciones para protestar por la ausencia de resultados oficiales de las elecciones, que tuvieron lugar el 3 de octubre.
La concentración de FS fue “una especie de protesta pacífica por la demora en dar los resultados”, dijo el titular del partido, Juan Manuel Velarde, antes de realizarla. Respondiendo a acusaciones de Flores, negó que la protesta tuviera como fin incidir en los resultados electorales.
Estimó que la demora en el cómputo de votos se debió en gran medida a la falta de recursos humanos y materiales en los Jurados Electorales Especiales que revisan las actas observadas. “Hay una carencia de recursos para que los jurados cumplan adecuadamente su papel”, dijo en declaraciones publicadas por el diario peruano La República.
Las dificultades que expuso esta elección hicieron que el Congreso adoptara, el 15 de octubre, una ley para implementar el voto electrónico presencial y no presencial, que ya fue promulgada, el 21. Desde entonces, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe) dispone de un plazo de dos meses para reglamentar y establecer los procedimientos para aplicar la ley. La norma ya se había promulgado en 2006, pero desde entonces nunca se había legislado sobre las reglas para implementar el nuevo sistema electoral.
La funcionaria de la Oficina Nacional de Procesos Electorales, Magdalena Chu, había solicitado que el Congreso aprobara la ley y señaló que su institución ya cuenta con el software necesario para iniciar la implementación en algunas regiones del país.
Villarán también reclamó esa legislación: “Nos dicen que ya estamos en el primer mundo, ¿entonces por qué tenemos un sistema de votación del siglo pasado?”, se preguntó.
Fuera de Lima
Más allá de las demoras en establecer resultados en Lima, de manera general el escrutinio de esta elección -que renovó presidentes regionales, consejeros regionales, alcaldes provinciales y alcaldes distritales- mostró que Perú es un país políticamente fragmentado. El Partido Aprista del presidente Alan García fue el partido más golpeado, el que más votos perdió en comparación con las elecciones anteriores, informó La República. La tendencia general muestra que los 27 partidos nacionales presentaron menos candidatos, fueron menos votados y obtuvieron menos cargos que en 2006, porque ya no luchan en los ámbitos locales y regionales. Fernando Tuesta Soldevilla, politólogo peruano y ex jefe de la ONPE, destacó en una columna, publicada por el medio digital Infolatam, que estas fuerzas sólo lograron seis presidencias regionales de las 25 que hay en Perú. Las que no están en manos de agrupaciones nacionales, están en manos de una multitud de partidos sin que domine ninguno.
El diario peruano también analiza que los partidos se están transformando en títulos que permiten presentar candidaturas. Un mismo candidato puede ser reelecto a pesar de presentarse por un partido distinto al que lo llevó a ganar la elección anterior. Esto alimenta la tendencia al voto cruzado, según el tipo de autoridad que se vote. El presidente regional, los consejeros y los distintos alcaldes son de diferentes agrupaciones políticas en una misma región.
Además se puede resaltar que ninguno de los candidatos a la alcaldía de Lima, aunque sea la más importante del país, fue presentado por un partido que también tenga candidato a la presidencia. Aunque Flores puede cambiar esta realidad.
Camino a la presidencia
Según Diario 16 de Perú, la candidata del PPC-UN admitió su derrota en una reunión con sus asesores, y entre sus filas se afirma que ya piensa en presentar por tercera vez su candidatura a las elecciones presidenciales. No se descarta que Flores, que perdió en los comicios presidenciales de 2001 y 2006, pueda aliarse con el Partido Aprista del presidente Alan García.
Esta semana el Comité Ejecutivo Nacional del PPC, debe fijar la fecha del Congreso partidario, que podría ser entre el 15 y el 20 de noviembre. En esa instancia se oficializaría la candidatura de Flores y se definiría si el partido establece alianzas o no para las elecciones generales.
El PPC no es el único en pensar en las elecciones presidenciales de abril. Varios partidos y grupos de izquierda se reunieron el sábado, y en su declaración final, socialistas, comunistas, nacionalistas, ambientalistas y regionalistas coincidieron en la “necesidad apremiante de unificar sus fuerzas” para las elecciones presidenciales y legislativas. También los une el rechazo a las políticas del actual presidente, a quien consideran un neoliberal que “sirve casi exclusivamente a las transnacionales y profundiza las desigualdades”.
La mayoría de las intervenciones durante el segundo Foro de las Fuerzas de la Izquierda Peruana sugirió que se realizaran elecciones primarias -por partido o en un foro general- para definir al candidato que los represente a todos. Para esto, la izquierda ya cuenta con varios posibles líderes, como el nacionalista Ollanta Humala, el indígena Alberto Pizango, el sacerdote ambientalista Marco Arana y el sindicalista Mario Huamán, informó la agencia de noticias EFE. Los observadores estiman que Fuerza Social y Villarán, la probable alcaldesa de Lima -que no participaron en el foro-, buscan más bien acercarse al centro, y no a la izquierda, para posibles alianzas de cara a las legislativas.
Por su parte, Humala se quejó de la demora en dar unos resultados definitivos de las municipales y manifestó sus sospechas de que alguien quisiera “quitar la alcaldía a la candidata de Fuerza Social con la finalidad de que trate de competir [en las presidenciales] con nosotros, porque ella [Villarán] fue apoyada por movimientos de izquierda cercanos al Partido Nacionalista”.
Sin esperar a que se resolviera la incógnita de la elección en la capital, el ahora ex alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, renunció a su cargo el 11 de octubre para postularse a la presidencia por su partido, Solidaridad Nacional. Antes de abandonar su puesto, Castañeda inauguró el Hospital de la Solidaridad y el Teatro Municipal. Así cumplió con el plazo establecido para que las autoridades electas y funcionarios públicos que deseen ser candidatos a las elecciones de 2011 renuncien a sus cargos. Aclaró que su candidatura a la presidencia se oficializará a principios del año que viene, porque quiere primero “reordenar” asuntos personales, familiares y en su agrupación, según dijo a Radio Programas del Perú.
El 86,1% de limeños aprueba la gestión que realizó el alcalde saliente, indicó una encuesta de la Compañía Peruana de Estudios de Mercados y Opinión Pública (CPI), encargada por esa radio. Además, el 79% de los encuestados estima que fue el mejor alcalde en 20 años.
Pero Castañeda no sólo es popular en la capital. Un sondeo realizado por Ipsos Apoyo entre el 13 y el 15 de octubre para el diario peruano El Comercio le adjudica 24% de intención de voto. Con este guarismo, el ex alcalde lidera las encuestas de cara a los comicios presidenciales y supera a Keiko Fujimori, que logra 23%. La candidata de Fuerza 2011 es la hija del ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), que cumple una condena a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad cometidos durante su mandato. La misma encuesta señala que el 66% de los consultados desaprueba la gestión de la Oficina Nacional de Procesos Electorales en las elecciones regionales y locales.