Después de conocer los resultados de las elecciones , Dilma Rousseff agradeció la votación y dijo que va a la segunda vuelta con “mucha garra y energía”. Sola en el estrado, la candidata del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) no aceptó responder preguntas. El presidente Lula da Silva no apareció en público, aunque ayer el ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, dijo que está tranquilo y feliz con los resultados. “Él siempre fue bueno en las segundas vueltas”, señaló.
Rousseff obtuvo el 46,9% de los votos, algo menos del apoyo que predecían las encuestas, mientras que repuntaron más de dos puntos porcentuales los dos principales candidatos opositores. Su contendiente en la segunda vuelta, José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), obtuvo el 32,6% y la tercera en los sondeos, Marina Silva, del Partido Verde (PV), dio la sorpresa con el 19,3%.
La ex candidata verde propuso que antes de que comiencen las negociaciones para definir una alianza hacia el balotaje, el PV evalúe el camino a seguir en una reunión de los dirigentes del partido y de los movimientos sociales que respaldaron su candidatura.
Los dirigentes de PT se mostraron ayer confiados en que Silva respaldará a Rousseff, por su identificación con el partido, al cual perteneció. Así lo señalaron, entre otros, Tarso Genro, ex ministro de Justicia del gobierno de Lula y gobernador electo de Río Grande del Sur, y uno de los coordinadores de la campaña de Rousseff, José Eduardo Cardozo, informó la cadena O Globo.
Aun así, dirigentes del PV admitieron que “la correlación de fuerzas internas” tiende a respaldar a Serra. Uno de los líderes más influyentes del partido, Fernando Gabeira, quien fue derrotado en Río de Janeiro por el gobernador Sérgio Cabral, ya declaró su apoyo a Serra. Una encuesta de Datafolha publicada la semana pasada por el diario Folha de São Paulo, reveló que 51% de los votantes de Silva pasaría a votar a Serra, mientras que 31% respaldaría a Rousseff en la segunda vuelta. El resto no lo tenía definido o indicó que votaría en blanco o anulado.
El mismo sondeo señaló que para la segunda vuelta Rousseff contaría con 53% de los votos, mientras que Serra obtendría 39%.
En busca del festejo
Para el balotaje, la campaña del PT se concentrará en resaltar la apuesta al continuismo de la mano de Rousseff, además de hacer hincapié en las comparaciones entre el gobierno de Lula y el de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003). “Vamos a hacer una gran ofensiva política, vamos a ajustar el discurso mirando ahora a un único candidato adversario”, sostuvo Genro en conferencia de prensa. La dirección de la campaña pasará a estar directamente en las manos de Lula, que sigue sin tener previsto tomarse licencia para colaborar con su candidata.
Tanto Genro como dos diputados electos de Río Grande del Sur señalaron a la cadena O Globo que parte de los votos que recibió Silva los obtuvo de votantes de Rousseff que cambiaron de idea porque los medios hicieron un “bombardeo” en contra de la candidata del PT, en particular con denuncias de supuesta corrupción en el Ministerio de la Presidencia en los tiempos en que ella era la titular de la cartera. Estos dirigentes señalaron que esos votos volverán a Rousseff para la segunda vuelta y le darán la victoria.
A instancias de un llamado de Rousseff y de su compañero de fórmula, Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, se convocó ayer a una reunión de gobernadores y senadores electos, en la que se trabajaría en estas ideas para la campaña.
Las cúpulas del PSDB y su aliado Demócratas también se reunieron de urgencia ayer para preparar una estrategia para la segunda vuelta. El camino, según los tucanos, es adoptar un discurso que pueda captar a los votantes verdes y que señale a Lula como el gran derrotado de las elecciones. La campaña contará con una fuerte presencia del senador electo Aécio Neves y del gobernador electo en Minas Gerais, Antonio Anastasia, que asumió la dirección del Estado luego de que Neves renunciara para candidatearse al Senado. “Vamos a redoblar la campaña, de forma muy enfática, junto con el gobernador de San Pablo [el electo Geraldo Alckmin] y de otros estados”, adelantó Anastasia.
Serra destacó: “Aécio va a ser una de las personas clave, junto con Antonio Anastasia, para que tengamos un final muy feliz en la segunda vuelta”. El candidato dijo que espera el respaldo de los votos verdes. “Tengo mucha afinidad con el PV, que siempre me apoyó en la Asamblea Legislativa de San Pablo”, dijo y recordó que nombró a un dirigente del PV en su gobierno en ese estado.
Alckmin, quien será el gobernador de San Pablo desde el 1º de enero, opinó que una alianza con los verdes “no depende” del PSDB y señaló que el partido está dispuesto a incorporar el programa gubernamental del PV.
Mapa de Brasil
Rousseff ganó en 18 estados, incluidos los del noreste, de donde proviene Lula, y Minas Gerais, segundo colegio electoral del país, así como Río de Janeiro y Amazonas. Serra venció en ocho estados, entre ellos San Pablo, el principal colegio electoral, y Silva fue quien obtuvo más votos en el Distrito Federal.
En cuanto a gobernadores, en cuatro estados ganó el PSDB -incluidos San Pablo y Minas Gerais- y sumó seis si se cuentan los dos en los que ganaron sus aliados Demócratas.
El PT y sus aliados sumaron once. El partido de Lula ganó en cuatro estados, entre ellos Río Grande del Sur. El PMDB obtuvo cuatro gobernadores, entre ellos, Sérgio Cabral en Río de Janeiro, y el Partido Socialista Brasileño ganó en tres estados.
En Amazonas venció un candidato respaldado por el PSDB y el PMDB, ya que las direcciones regionales de los partidos no duplicaron las alianzas nacionales. Resta que se definan en la segunda vuelta otros nueve estados, entre ellos el Distrito Federal y Goiás.
El oficialismo, que actualmente tiene 380 de los 513 diputados federales, tendrá 402 legisladores en la cámara baja, mientras que los opositores tenían 133 representantes y en el nuevo Congreso tendrán 111.
El PT aumentó en nueve diputados su bancada, alcanzando los 88 legisladores, a los que se sumarían los 36 que obtuvo el PSB, mientras que el PMDB perdió diez escaños. El PSDB perdió seis legisladores y los Demócratas, 13.
Esta correlación de fuerzas podría variar, ya que muchos casos están siendo evaluados en la Justicia, que verifica si los candidatos electos para esas bancas tienen la “ficha limpia”, o sea, si no fueron condenados civil o penalmente por tribunales.
El Senado también resultó con mayoría oficialista y se encamina a reforzar su frágil mayoría actual; hoy el oficialismo tiene, de 81 senadores, 39, frente a los 32 opositores y los diez independientes. A partir del 1º de enero, el Senado estará integrado por 55 miembros oficialistas, 22 opositores y cuatro independientes.