“Quiero que los padres y las madres miren hoy a sus hijas y les digan que una mujer puede ser presidenta de Brasil”, dijo Dilma Rousseff al convertirse en la primera presidenta electa de su país el domingo. Expresó también su intención de que “este hecho inédito de hoy se multiplique” en la sociedad.
Un lugar donde la igualdad de género parece lejana es el Congreso de Brasil. En la legislatura que acompañará la gestión de Rousseff, a partir del 1º de enero de 2011, las mujeres son clara minoría. De las 513 bancas de la Cámara de Diputados sólo 45 estarán ocupadas por diputadas, mientras que en el Senado, la bancada femenina sólo contará con 12 de los 81 escaños, informó el diario Folha de São Paulo. También entre los gobernadores de los 27 estados brasileños las mujeres son la excepción. Sólo hay dos gobernadoras: Roseana Sarney, de Maranhão, y Rosalba Ciarlini, de Rio Grande do Norte.
Desde el fondo de Naciones Unidas para la mujer, Unifem, su representante para el Cono Sur, Rebecca Reichmann Tavares, calificó de histórico el triunfo de Rousseff y declaró en un comunicado citado por la agencia EFE que “es la consagración de la lucha de generaciones y generaciones de mujeres brasileñas que desde el inicio del siglo XX lucharon por la conquista del derecho al voto”. Añadió que “la llegada de las mujeres brasileñas al poder ha sido lenta” y recordó que la primera diputada del país fue electa en 1950, pese a que el derecho de las mujeres a votar se reconoció en 1932.
También la presidenta argentina, Cristina Fernández, que ayer retomó sus tareas, reconoció el cambio que significa la llegada de una mujer a la Presidencia de Brasil y al felicitar por teléfono a Rousseff le dijo: “Bienvenida al club de compañeras de género”, informó la agencia Télam. Al igual que Rousseff, Fernández fue la primera mujer electa presidenta en su país, en 2007, aunque fue la segunda en acceder al cargo, luego de Isabelita Perón.
Ayer la nueva integrante del club de las presidentas se encerró en su casa de Brasilia para reunirse con asesores y devolver las llamadas de felicitaciones desde distintos países, que sonaban desde la madrugada.
Otros festejos para Lula
Tampoco el presidente Lula da Silva apareció ayer en público, pero recibió a Rousseff en el Palacio de Alvorada, la residencia oficial, para celebrar el triunfo. A los motivos para festejar, el presidente y su sucesora podían sumar la victoria de Agnelo Queiroz, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) al cargo de gobernador del Distrito Federal de Brasilia, por el que compitió el domingo en segunda vuelta. Queiroz venció cómodo, con el 66% de los votos.
Nueve estados eligieron gobernador en segunda vuelta. Además de Queiroz hubo cuatro candidatos ganadores pertenecientes a partidos que en el ámbito nacional respaldaron la candidatura de Rousseff: el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) ganó en Rondonia y el Partido Socialista Brasileño dio la sorpresa al ganar en tres estados: Amapá, Piauí y Paraíba.
Un dato menos alentador para el oficialismo fue la abstención del 21,5% que se registró el domingo en las presidenciales, pese a que el voto es obligatorio. Fue la abstención más alta desde el fin de la dictadura, en 1985. Autoridades electorales la atribuyeron a que muchos brasileños se tomaron vacaciones por el fin de semana largo. Ayer fue feriado en Brasil por las elecciones y hoy muchas empresas no trabajan por el Día de los Difuntos.
También la sequía que afecta en particular a la zona amazónica de Brasil, donde los ríos son un medio de transporte necesario, impidió a los votantes llegar a sus circuitos, informó EFE. Los estados con más abstención fueron los de Maranhão (29,5%) y Acre (28,2%).
El sucesor de Serra
El perdedor del domingo, el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), José Serra, felicitó a Rousseff el domingo y ayer declaró que “la lucha recién empieza”. Vía Twitter, dijo que no deja su carrera política, que su “mensaje de despedida no es un adiós sino un hasta luego”. Pero a sus 68 años, ya presentó dos veces sin éxito su candidatura a la presidencia. En 2002 lo venció Lula en segunda vuelta, y el domingo lo hizo Rousseff. “Quiso el pueblo que no fuese ahora”, dijo Serra con una expresión en la cara acorde con la derrota. Sin embargo, rescató como un logro la cantidad de respaldos que reunió, el 44% de los votos válidos.
La debilidad que afecta a la oposición, que viene de perder además algunos escaños en el Congreso, le da una ventaja al gobierno de Rousseff, que tiene que buscar acuerdos en los partidos de la coalición que impulsó su candidatura, en particular el PMDB, para definir, por ejemplo, las presidencias de las cámaras. Cuando asuman los legisladores electos, el PMDB tendrá 79 diputados para sumar a los 88 del PT, y contará con 18 bancas en el Senado, cuatro más que las del partido de la presidenta. Del PMDB, una fuerza política muy fuerte pero que no ha logrado impulsar candidatos propios, proviene el vicepresidente electo, Michel Temer.
También el PSDB de Serra reconoce tener un problema de candidaturas. “Los partidos de nuestra alianza tuvieron errores y aciertos. Eso tiene que verse con calma y tranquilidad para que, en el futuro, de aquí a dos años, tengamos un candidato de nuestro conjunto a la Presidencia”, ya definido para las elecciones de 2014, dijo ayer Sérgio Guerra, el presidente del PSDB.
Quien se perfila desde ya como posible candidato del PSDB es el ex gobernador de Minas Gerais, Aecio Neves, al que ayer el diario Folha calificaba como el “líder de facto” de la oposición. En su estado, el PSDB votó muy bien en primera vuelta, en la que Neves fue electo senador. Pero el domingo esos votos fueron para Rousseff, que obtuvo allí casi 17% de ventaja frente a Serra. Ayer Neves dijo que después de que asuma Rousseff reunirá a los parlamentarios opositores para impulsar una agenda legislativa común.
Además de contar con este liderazgo nuevo, el PSDB encontró consuelo también en la segunda vuelta de las elecciones de gobernadores. Sus candidatos ganaron en Goiás, Pará, Alagoas y Roraima, después de haber ganado en primera vuelta los cargos de gobernador en San Pablo, Minas Gerais, Paraná y Tocantins. Así el partido de Serra se quedó con más gobiernos estaduales que cualquier otro.
“Ganar como ganamos no es fácil”, dijo Guerra respecto a estas victorias, de acuerdo a la agencia Ansa. Pero en el plano nacional no fue posible, agregó el presidente del PSDB. Así como los diarios de Brasil destacaban tanto la victoria de una candidata mujer como el triunfo que significó el resultado del domingo para el presidente brasileño, que se puso al hombro la candidatura de Rousseff, cuando Guerra intentó explicar la derrota de su partido, aseguró que “Lula era demasiado fuerte”.