Hoy será día de “reaprovisionamiento” para los grupos que ayer lanzaron protestas en Haití, y que las retomarán mañana, al conmemorarse el 18 de noviembre de 1803, cuando los rebeldes haitianos triunfaron sobre Francia, que era entonces su potencia colonial. La decisiva Batalla de Vertières ocurrió en las cercanías de Cabo Haitiano (norte) y en vísperas de su aniversario grupos de habitantes locales invadieron ayer y el lunes las calles de la ciudad, y volverán a hacerlo mañana, de acuerdo con el único medio de comunicación fiable de esa ciudad, el blog Ré.Cit. La otra ciudad que fue escenario de disturbios, Hinche (centro), es sede del contingente nepalés de la Minustah.
Desde el lunes se instalaron barricadas de cubiertas de automóviles en las dos ciudades y se escucharon disparos hasta ayer de tarde. Los enfrentamientos dejaron dos muertos y 14 heridos en la ciudad del norte, mientras que en la del centro la agencia AFP reportó seis soldados de la Minustah heridos.
Las autoridades de esa fuerza de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) debieron admitir que dispararon y que mataron a un hombre, en situación de legítima defensa, según dijeron.
En el caso de Cabo Haitiano, la ciudad está además incomunicada porque el único puente de acceso permanecía cerrado anoche. Así lo confirmó a la diaria una fuente que solicitó mantener su anonimato debido a lo que llamó el “síndrome anti blancos”, que, según relató, invadió la ciudad y la obliga a mantenerse recluida en su casa.
Estos hechos se alimentan de un rumor que circula hace semanas en Haití, y que acusa al contingente nepalés de la Minustah de haber transmitido el cólera con el vertido de desechos fecales cerca del río Melle, un afluente del río Artibonite, en una de las zonas más afectadas. Esta enfermedad había sido erradicada de Haití hacía 100 años.
La Minustah negó en declaraciones a EFE y AFP responsabilidad alguna en la epidemia, reiteró que hace una gestión correcta de los desechos y que es “erróneo” e “incorrecto” vincular la enfermedad con los soldados nepaleses, que fueron examinados y no están contagiados.
El vocero de la Minustah Vicenzo Pugliese declaró a EFE que se enviaron refuerzos a Cabo Haitiano. Pero, según la fuente local consultada por la diaria, la mayoría de las tropas de la ONU están recluidas en sus bases para evitar hacer uso de las armas contra la población que la agrede, e invitó a los extranjeros a refugiarse allí.
Pugliese confirma otras informaciones locales, según las cuales la manifestación no fue “espontánea”, porque surgió en varios puntos alejados al mismo tiempo. Como la población sufre “fragilidad emocional” por la seguidilla de eventos -el huracán Tomás, el cólera y la inminencia de las elecciones legislativas y presidenciales del 28 de noviembre-, “los espíritus están agitados” y son “manipulables”, dijo. Se apunta en particular a sectores del oficialismo que no tendrían interés en que haya elecciones, pero la revuelta parece haber superado las expectativas. El presidente haitiano, René Préval, llamó anoche a la calma.
La Organización Panamericana de la Salud informó que prevé que unos 200.000 casos de cólera se registren en los próximos seis meses en Haití, República Dominicana y otros países de la región. Ayer mismo, República Dominicana comunicó el primer caso confirmado de cólera en su territorio: el de una persona haitiana, indicó EFE. El Ministerio de Salud haitiano hizo, por su parte, un nuevo recuento de afectados: 1.034 personas murieron por el cólera desde el comienzo de la epidemia.