First Couple (Primera Pareja) o ruling couple (pareja gobernante) son las expresiones con que la embajada estadounidense se refería a la presidenta argentina Cristina Fernández y a su marido, ahora fallecido, Néstor Kirchner, según reveló ayer el diario español El País, en base a los documentos revelados por Wikileaks. En un memorando del 31 de diciembre, el Departamento de Estado pide información acerca de Fernández, “su visión política” y “su forma de trabajo”. Firmado con un “Clinton”, el despacho plantea preguntas específicas sobre Fernández. Por ejemplo, “¿Cómo le afectan las emociones en su proceso de toma de decisiones y cómo baja la tensión cuando está angustiada?”. También pregunta sobre la enfermedad gastrointestinal de Kirchner y sobre sus reacciones emocionales: “¿Cuáles son los objetivos más comunes de la furia de Néstor Kirchner?”. Cierra con la pregunta: “¿En qué materias toma CFK [la presidenta] las decisiones y cuáles deja a Néstor Kirchner?”. Un telegrama posterior indica que se quiere analizar la “dinámica interpersonal del tándem gubernamental” y especifica que se cuenta con más información de Kirchner que de Fernández. “Nos gustaría ampliar la visión sobre la personalidad de CFK”, señala. Acerca de Kirchner disponían de información previa, y también habían recabado datos sobre “la relación de [el entonces canciller, Jorge] Taiana con los Montoneros, e información adicional sobre su supuesta participación en el atentado con bomba contra un bar en julio de 1975”.

Los despachos revisados por El País también revelan la buena relación que hubo entre la administración de Fernández y la de George W Bush, cuando el enviado de Estados Unidos a América Latina era Thomas Shannon. A tal punto, que en un telegrama de setiembre de 2008 se indica: “CFK afirma que Argentina cooperará con el USG [presumiblemente, el gobierno de Estados Unidos] en Bolivia, pero que tenemos que ser cuidadosos para que no parezca que existe una ‘operación política’ contra el gobierno, dadas las sospechas de Evo [Morales, el presidente boliviano]”.

El entonces embajador Earl Anthony Wayne señala en otro despacho: “Evo no es una persona fácil, nos confía CFK, haciéndonos notar que Argentina tiene problemas para conseguir que Bolivia le abastezca de gas natural. Todos necesitamos paciencia, nos dijo”. En otro reporte de la embajada se muestran las expectativas de la relación con el gobierno de Fernández: “Esperamos que Argentina desempeñe un papel positivo en evitar un conflicto y llevar a buen puerto la democracia en Bolivia; que influya en el presidente ecuatoriano Rafael Correa para que se comporte con más moderación; que tome una posición más constructiva, madura y equilibrada en el conflicto colombiano y que influya positivamente en su contraparte venezolana”.

Asunción también

El gobierno de Paraguay decidió pedir explicaciones a la embajadora estadounidense, Liliana Ayalde, luego de conocer la información de documentos del Departamento de Estado difundidos por Wikileaks. “Necesitamos recabar información y para eso hemos invitado a la embajadora de Estados Unidos a la cancillería [...] donde solicitaremos una explicación en relación a estas publicaciones”, dijo el canciller paraguayo, Héctor Lacognata. Horas después, Ayalde se retiraba de la cancillería con “una nota en la que se expresa preocupación del gobierno” paraguayo por las revelaciones de Wikileaks, informó el diario local La Nación.

Según algunos de los documentos dados a conocer, el Departamento de Estado pidió a la embajada en Asunción que recabara información privada sobre los candidatos a las elecciones paraguayas de 2008. Otro documento, revelado por el diario británico The Guardian, indica que Estados Unidos pidió que se investigara la posible presencia de “grupos terroristas” en la triple frontera -entre Paraguay, Brasil y Argentina-, especialmente de Al Qaeda, Hezbolá o Hamas, además de “agentes estatales iraníes”.

El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, informó ayer que el Departamento de Justicia y el de Defensa abrieron en forma conjunta una investigación criminal para determinar responsabilidades por las filtraciones. Desde el Congreso, el diputado republicano Peter King exhortó a que se catalogue a Wikileaks como una organización terrorista, indicó BBC, mientras el gobierno ya ordenó la revisión de los sistemas de comunicación para evitar nuevas filtraciones.