Desde el encuentro en la chacra Los Teros, en agosto, hasta el sábado, cuando culminaron en Florida, Durazno y Flores las jornadas de reflexión sobre el proceso electoral, Lacalle llenó tres cuadernolas con las intervenciones de 402 dirigentes blancos, en las que se basó para hacer el informe que presentó ayer en el cierre del proceso. Resumió como errores de la campaña hacia octubre el enfoque del público objetivo: “No se apeló a ampliar la base electoral hacia los sectores más populares”, “poca actividad proselitista en Montevideo y Canelones”, “indiferencia o tibieza de los candidatos a intendente respecto del comicio nacional” y la “influencia en el voto de miles de compatriotas de los planes asistenciales convertidos en favor de clientelismo político”.

La crítica más extendida, según Lacalle, fueron las fallas en la comunicación. Sobre la campaña para el balotaje, adjudica el mal desempeño a la mala campaña publicitaria, la “falta de un ataque frontal al señor Mujica, pasividad de muchos dirigentes por cansancio o por haber logrado sus metas en octubre”, “poco trabajo y aun abstención de algunos candidatos a intendente”.

En diálogo con la diaria, reiteró que asume “la responsabilidad principal del mal resultado electoral”, aunque aseguró que el desempeño del PN fue “multicausal”. “Algunos [dirigentes] no participaron en el balotaje y no estaban en Uruguay en los días de noviembre”, criticó. “También yo dije dos o tres cosas equivocadas que me las aprovecharon y las usaron como arma. El énfasis en el tema de seguridad, cuando creíamos que era el tema más importante, y lo decían las encuestas, pero la gente no respondió”, relató.

Otras críticas que surgieron durante el proceso no fueron recogidas por el ex presidente, por ejemplo la que han hecho los legisladores de Una Luis Alberto Heber y José Carlos Cardoso, apuntando a habilitar diversidad de opiniones en temas de discusión pública como la adopción por parte de homosexuales.

Lacalle considera que en esos casos “hay un límite que son los valores. El PN toda la vida ha defendido determinados valores y no puede abdicar de ellos en ciertas cosas. El PN, como buen partido respetuoso de la libertad, no ingresa en los dormitorios, para nosotros las costumbres de las personas son un tema del fuero personal, no del fuero político, entonces si mañana quiere haber una unión homosexual la puede haber. Lo que nosotros sí creemos que incide en valores y estamos en contra es que mañana esa unión homosexual pretenda adoptar, ahí sí defendemos los derechos humanos del niño que va a ser adoptado en esas circunstancias tan extraordinarias o irregulares”, opinó.

Algunas de las propuestas de Lacalle apuntan a fortalecer la formación de los dirigentes medios y jóvenes, mejorar la comunicación, realizar visitas periódicas de los miembros del directorio a los barrios de Montevideo y al interior y exigir mayor responsabilidad de quienes ocupan cargos de dirigencia partidaria. Esto último fue reiterado por Lacalle en varias oportunidades. En el proceso de reflexión en total había 3.053 convocados a las reuniones, aunque según el presidente del directorio blanco concurrieron unos 2.000 dirigentes. “No todos asistieron, notándose incluso en algunos departamentos la ausencia de diputados”, reprocha Lacalle en el documento.

Ayer, en Florida, Lacalle también criticó la baja participación de los jóvenes. “No hubo un nuevo congreso en cuatro o cinco años, y que no digan que el directorio no los convocó. Yo pensaba que se autoconvocarían una vez por año. Las autoridades [de la juventud] no nos han enviado iniciativas al directorio”, aseguró. Lacalle informó que a partir de febrero el partido comenzará un proceso de planificación estratégica propuesto por el representante blanco en la Corporación Nacional para el Desarrollo, Rodrigo Goñi.

Una de tantas

En las jornadas de “autocrítica”, como se enfatizaba desde Alianza Nacional (AN), también se debatió sobre el posicionamiento del partido en estos años de gobierno frenteamplista. Desde Una se ha criticado la postura negociadora que ha mantenido AN con el gobierno, reflejada en las reiteradas reuniones que mantuvo Larrañaga con José Mujica. Ayer, el diputado suplente de Ana Lía Piñeyrúa (Una), Hernán Bonilla, recogió en su Twitter una cita del coordinador del PIT-CNT, Juan Castillo, a Caras y Caretas, en la que señalaba que la estrategia del gobierno “se está yendo al carajo”. “Son más opositores que nosotros. Lo que habla mal de nosotros, por supuesto. Basta de negociar leyes horribles para que sólo sean lamentables, el PN tiene que ser oposición”, escribió ayer.

Larrañaga manifestó una discrepancia con esta postura. “La oposición es criticar lo que está mal pero también rectificar cosas que pueden venir del Poder Ejecutivo y que se pueden mejorar. No es desdibujar la oposición. Si se cree que se pueden construir respuestas desde la oposición para apoyar cosas que sí están bien, está bien, y si se puede lograr en beneficio del país todo, mejor. Así que ahí tenemos una diferencia”, dijo ayer. Para Lacalle, el PN “tiene que hacer una oposición muy firme y mucho más clara”. Si Larrañaga llega a acuerdos con Mujica “son acuerdos de él y su sector”, reivindicó.