Las pancartas reclamaban “frenar los recortes a la educación” y los estudiantes cantaban “ellos dicen recortar, nosotros decimos contraatacar”. Así pasaron ante el Parlamento, donde los legisladores británicos votarán en las próximas semanas aumentar las tasas máximas de la enseñanza universitaria hasta 14.500 dólares por año. Pero la marcha cambió de planes frente a la sede del gobernante Partido Conservador. Al llegar a la torre Millbank, algunos manifestantes lograron pasar el cordón policial: rompieron ventanas, subieron al techo y se enfrentaron a la Policía, que llegó a recibir roperos lanzados de lo alto de la sede. Incluso se encendió un fogón frente al edificio. Según la Policía, ocho personas sufrieron heridas, entre ellas varios oficiales.

“Mis padres son los dos trabajadores del sector público. Mi padre perderá su pensión el año que viene y mi madre perderá su trabajo y esto simplemente los llevará a la bancarrota”, explicó a la agenica Reuters Matthew Kell, de 22 años, estudiante en la Universidad de Bristol.

El 20 de octubre, el gobierno británico anunció el mayor recorte del gasto público desde la Segunda Guerra Mundial. Aumentos de impuestos y reducción del presupuesto estatal en áreas como la educación, la asistencia social, el transporte y la Policía supondrán un ahorro de 130.000 millones de dólares en cuatro años. A esto se suma la supresión de casi medio millón de puestos de trabajo en el sector estatal.

La Unión Nacional de Estudiantes (NUS, por sus siglas en inglés), que convocó la marcha, lamentó que la manifestación pacífica haya degenerado en violencia. El presidente de la organización, Aaron Porter, dijo a la BBC que se había hablado de “la necesidad de prevenir cosas como éstas y cuán importante era actuar de una manera responsable. Desafortunadamente una minoría nos desautorizó”.

Ayer, unos 50.000 estudiantes y profesores protestaron contra el plan del gobierno que prevé, mediante una alianza con el Partido Liberal Demócrata, triplicar el precio máximo de las matrículas universitarias, a partir de 2012, para reducir el presupuesto de la educación superior en 40%. Además se eliminarán subvenciones a los profesores, excepto a los de ciencia y matemáticas.

El mínimo de los préstamos anuales para financiar los estudios universitarios -que el estudiante deberá pagar al iniciar la vida laboral- pasará de 8.900 a 16.231 dólares. Las universidades que podrán cobrar el máximo de 14.500 dólares deberán ofrecer subvenciones y programas que faciliten a los estudiantes con pocos recursos trasladarse para audir a a ellas.

Los sindicatos británicos prevén huelgas masivas contra el conjunto de recortes anunciados.