Julian Assange, el fundador de Wikileaks, firmó un contrato para publicar su autobiografía por unos 700 mil dólares, con las editoriales Alfred A Knopf y Canongate. “No quiero escribir este libro, pero tengo que hacerlo”, dijo Assange al diario británico Sunday Times. “Ya he pagado 200.000 libras [más de cien mil dólares] por gastos legales y tengo que defenderme y mantener a flote Wikileaks”, declaró.

Assange está en libertad bajo fianza en Londres, viviendo en la casa del periodista independiente Vaughan Smith, mientras la Justicia británica define si lo extraditará a Suecia, donde está acusado de abusar sexualmente de dos mujeres. La próxima instancia judicial es el 11 de enero, y tanto Assange como sus abogados aseguran que si es extraditado a Suecia luego será enviado a Estados Unidos. El fiscal general estadounidense, Eric Holder, ya manifestó que se están buscando elementos para acusarlo de espionaje.

Por ahora, la única persona detenida por las filtraciones es el soldado y ex analista de Inteligencia, Bradley Manning, acusado de robar archivos secretos, como el video del ataque desde un helicóptero militar estadounidense contra 12 civiles en Bagdad en 2007. Para que la acusación de espionaje contra Assange prospere, debe demostrarse que indujo a Manning a que buscara esa información y se la entregara, lo que el fundador de Wikileaks niega.

En declaraciones a la prensa, Assange aseguró que el Pentágono presiona a Manning para que declare en su contra, y que en Washington están dispuestos a hacerle “una oferta” para que testifique a cambio de una reducción de la pena, informó el diario español El País.

Manning está encerrado 23 horas al día en su celda, siempre con la luz prendida y con guardias verificando su estado cada cinco minutos, contó el periodista estadounidense David House, que lo visita dos veces por mes desde setiembre. “Con el correr de los meses, he visto cómo su condición se deteriora. Mentalmente, tiene dificultad en seguir algunas conversaciones. Tiene ojeras y parece muy débil”, dijo House a BBC.

Consultado por la teoría de Assange, House declaró que no cree que Manning esté “cooperando con los investigadores”. Por otra parte, Naciones Unidas anunció la semana pasada que investigará estas denuncias de maltrato al soldado.

En sus últimas declaraciones a los medios Assange no sólo se dedicó a manifestar preocupación por Manning, sino también a criticar cómo los diarios que recibieron los cables filtrados manejaron esa información. En entrevista con el canal Al Jazeera, Assange anunció que Wikileaks publicará 3.700 documentos sobre Israel en los próximos cuatro o seis meses y criticó: “Hemos dependido de los grandes cinco periódicos del mundo y lo que ha sido publicado hasta ahora refleja los intereses de estos diarios como The Guardian, El País y Le Monde, pero no lo que consideramos importante”.

Assange tiene otra razón para su enojo con The Guardian, porque este diario publicó una reconstrucción de su viaje a Suecia. Fue elaborada gracias a la filtración de un informe policial sueco, basado en las declaraciones de las dos mujeres que lo denunciaron, llamadas por el periódico Miss A y Miss W.

De acuerdo con The Guardian, Miss A coordinó el viaje de Assange, su participación en un seminario y una fiesta en su honor. Él se quedó en su apartamento durante su estadía, de diez días, porque ella estaría fuera de la ciudad, aunque regresó a los dos días. Esa noche tuvieron relaciones sexuales. Ella tuvo que convencerlo de que se pusiera un preservativo, aunque en algún momento él “hizo algo” y el condón se rompió, dijo. Pero Assange lo negó en su declaración policial.

Pese a este episodio, él siguió alojado en su apartamento y participó en las actividades previstas. En una de ellas conoció a Miss W, con quien tuvo relaciones con protección durante la madrugada. De mañana, según la denuncia, ella se despertó mientras Assange tenía sexo con ella. Le preguntó si estaba usando un condón y él le dijo que no. “Espero que no tengas VIH”, dijo ella. “Por supuesto que no”, contestó él. Ella se hizo una prueba para verificar que no tenía ninguna enfermedad de transmisión sexual, pero él se negó a hacer lo mismo porque no tenía tiempo.

Días después, cuando Miss W intentaba localizar a Assange, le envió un mensaje de texto a Miss A, las mujeres se encontraron y compararon sus historias. Días después Assange accedió a hacerse las pruebas, pero las clínicas estaban cerradas porque era fin de semana.

En entrevista con el diario británico The Times, que fue crítico de las filtraciones, Assange cuestionó esa reconstrucción: “La filtración del informe policial a The Guardian fue claramente pensada para perjudicar mi solicitud de libertad bajo fianza”, expresó, agregando que el texto recorrió varias redacciones antes de que el diario británico lo publicara.