El presidente brasileño, Lula da Silva, firmó un decreto que autoriza la permanencia de efectivos militares en el Complexo do Alemão, el conjunto de 15 favelas ocupado la semana pasada por un operativo de policías y militares. Este decreto es la respuesta a una petición del reelecto gobernador carioca, Sérgio Cabral, quien argumentó que la intervención de las Fuerzas Armadas permite a su gobierno mantener el cronograma de pacificación de favelas, pese a la demanda que supone la ocupación del Complexo.

El programa de pacificación funciona implementando Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en distintas favelas. El viernes fue inaugurada una UPP en la favela de Morro dos Macacos, donde hace un año un grupo de narcos derribó a disparos un helicóptero policial.

La toma del Complexo no estaba prevista en el cronograma de pacificación, por eso no hay una UPP disponible para el lugar, que fue invadido por las fuerzas de seguridad como respuesta a una ola de ataques en Río de Janeiro ordenada por el Comando Vermelho. El plan de pacificación se intensificó en abril, con el objetivo de que el Estado domine todas las favelas para el Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos 2016.

Las Fuerzas Armadas tendrán en el Complexo funciones “parecidas” a las de una “fuerza de paz”, dijo el comandante del Ejército, Enzo Peri. En esta “segunda fase” el objetivo es dominar el territorio y terminar de decomisar las armas y drogas que dejaron atrás los narcotraficantes. Peri indicó que el Ejército ya ha hecho “acciones policiales, pero de este tipo y con esta magnitud es la primera”. Ya que la Constitución sólo prevé que las Fuerzas Armadas actúen en conflictos con otros países y no en el control de favelas, Peri agregó que el Ministerio de Defensa y el gobierno carioca deberán encontrar la manera de atribuirle estas funciones a los militares, indicó la cadena O Globo.

Hasta ahora, las Fuerzas Armadas colaboraban con los operativos cediendo equipamiento militar, como vehículos blindados, y participando en las intervenciones en los contextos más riesgosos, como el caso del Complexo, en el cual la intervención de los militares fue respaldada por 93% de los cariocas, indicó la consultora Ibope. Las autoridades están considerando que los militares se conviertan en los responsables de los operativos que se lleven a cabo en este grupo de favelas y no se descarta la posibilidad de que dirijan también las próximas operaciones de “toma” en otras, como en Rocinha y Vidigal, intervenciones que fueron anunciadas por las autoridades.

Lula dijo que los militares apoyarán los operativos, pero agregó que “quien tiene que hacer los arrestos es la Policía de Río de Janeiro”. Sin embargo, ese límite es difuso. El sábado un grupo de militares se vio involucrado en un tiroteo y arrestó a los jóvenes que los enfrentaron. La mayoría de las muertes durante el operativo -que en total fueron 37, todas de presuntos narcotraficantes- se debieron a balas militares y no policiales, indicó el diario Folha de São Paulo. El ministro de Defensa, Nelson Jobim, que se reunió con Cabral y conversó con Lula por teléfono, advirtió que no se piensa “en transformar al Ejército en Policía”, que “eso no va a ocurrir”, aunque consideró que “si es necesario” los militares continuarán colaborando.