Irán celebró ayer los 31 años de la Revolución Islámica, con festejos oficiales, protestas de opositores, represión contra ellos y ataques a sus líderes. La página web reformista Jaras informó que paramilitares voluntarios islámicos -Basij-, subordinados a la Guardia Revolucionaria Islámica, rodearon el auto del líder opositor y clérigo, Mehdi Karrubí, mientras iba a una manifestación en la plaza de Vanak, apedrearon el vehículo e hirieron a uno de sus guardaespaldas, según explicó uno de sus hijos, Husein Karrubí. Su hermano Ali fue arrestado durante el ataque. De acuerdo con las declaraciones de Husein a la web, personas vestidas de civil rociaron con gases irritantes la cara de su padre, que logró huir del lugar.

La misma página informó acerca de otro ataque contra el ex presidente reformista Mohamad Jatamí sin dar detalles, excepto que resultó ileso, según recogió la agencia de noticias EFE. Fueron retenidos durante al menos una hora su hermano, Mohamed Reza Jatamí, y su esposa, Zahra Eshraqi, nieta del fundador de la República islámica, el ayatolá Rujolá Jomeini.

Otra página web opositora, Nooruz, indicó que más de una treintena de personas fueron detenidas en Teherán y Jaras afirmó que las protestas se extendieron a otras ciudades, como Isfahan, Mashad o Shiraz, en donde hubo varios heridos y decenas de detenidos.

Por primera vez en 31 años no se permitió a la prensa internacional cubrir los eventos como quisieran, sino que se convocó a los periodistas a las ocho de la mañana y se los llevó en autobús a la plaza Azadi para asistir al discurso que el presidente Mahmud Ahmadinejad dio ante cientos de miles de personas, informaron EFE y el diario español El País. Siete embajadores europeos anunciaron que no asistirían a escuchar el discurso como medida de protesta por los ataques a pedradas del martes a las embajadas de Italia y Francia.

Ahmadinejad centró su oratoria en críticas a la oposición y a los “enemigos del país”, los gobiernos que pidieron sanciones a Irán por poner en marcha su programa de enriquecimiento de uranio. Esos pedidos de sanciones, dijo, son coartadas para dominar la región.

El presidente anunció que Irán ya es un “estado nuclear” y que ya obtuvo el primer paquete de uranio enriquecido al 20% que había anunciado. Indicó que su país tiene la capacidad para enriquecer uranio hasta el 80% necesario para la bomba atómica, pero dijo que Irán no está interesado en llegar a ese nivel, y que si quisiera hacerlo, el país es “lo suficientemente valiente” como para anunciarlo con “antelación”.

Cuando el presidente señaló que la era del capitalismo y del dominio de las grandes potencias llegó a su fin, y cuando acusó al presidente estadounidense, Barack Obama, de seguir “las mismas políticas que [George W] Bush”, la multitud celebró su discurso con gritos de “muerte a Estados Unidos” y “muerte a Israel”. Lo mismo sucedió cuando el mandatario dijo que no quiere que Obama “esté controlado por un puñado de sionistas sin raíces”.