“Hicimos hoy lo que ya habíamos hecho hace un mes”, dijo ayer la presidenta argentina, Cristina Fernández, al anunciar que confirmará la destitución del ex presidente del Banco Central Martín Redrado, por “mala conducta e incumplimiento de los deberes del funcionario público”. En el medio, esta situación le ocasionó un “costo para la imagen” del país, dijo la mandataria.
Argumentó que removió a Redrado sin consultar al Congreso durante el receso de verano porque “las cámaras no habían conformado sus comisiones como era obligación del Poder Legislativo”.
La destitución del funcionario cuenta ahora con el respaldo de una comisión bicameral que se pronunció a favor de la decisión. Esta vez, además, en una situación de empate en el Congreso, el vicepresidente Julio Cobos dio la mayoría a quienes compartían la opinión del gobierno y apoyaban la remoción de Redrado. Había hecho lo contrario y otorgado mayoría a la oposición en 2008, cuando se votaron las retenciones móviles a las exportaciones agrícolas.
Al anunciar que “en horas” oficializaría, otra vez, la remoción de Redrado, Fernández también informó que había designado como nueva titular del Central a Mercedes Marcó del Pont, quien estaba a cargo del Banco Nación. De acuerdo al diario argentino La Nación, el nombramiento fue inesperado porque había sido ratificada días atrás en su anterior cargo.
El diario señaló también que cuando Marcó del Pont fue diputada impulsó un proyecto para cambiar la Carta Orgánica del Banco Central, una iniciativa que cuenta con el visto bueno del ex presidente Néstor Kirchner. La reforma apuntaba a limitar la autonomía del Central, un tema que fue discutido cuando Redrado se opuso a la decisión del Ejecutivo de usar las reservas públicas para pagar la deuda del país, lo que originó el conflicto con el gobierno.
Acerca de Kirchner también habló ayer la presidenta. Defendió la compra de dos millones de dólares hecha por su esposo en 2008 y aseguró que “no fue una operación de especulación”. Repitió lo que Kirchner había dicho el martes: que adquirió esos dólares para comprar acciones de un hotel en Calafate. “El drama de Kirchner tal vez sea vivir en blanco en una Argentina acostumbrada a vivir en negro. Es un problema vivir en blanco en la Argentina”, concluyó la mandataria.
La oposición cuestionó la compra por sospechar de un posible enriquecimiento ilícito por utilización de información privilegiada para hacer transacciones monetarias en momentos en que comenzaba una crisis financiera internacional. Por ese delito la Coalición Cívica, liderada por Elisa Carrió, denunció ayer a la presidenta y a su esposo, informó La Nación.
Pidió que la justicia, en este caso el juez Claudio Bonadío, investigue si cometieron un delito de “enriquecimiento ilícito” y citó el artículo 268 del Código Penal, que refiere al uso para beneficio personal de información privilegiada que un funcionario obtiene por el cargo que ocupa. Así, antes de que el dolor de cabeza por Redrado llegara a aliviarse para el gobierno, otro comenzaba a hacerse sentir.