Aunque Sebastián Piñera sea ahora el presidente de Chile, se sigue debatiendo su condición de empresario, al igual que en campaña. El presidente sólo se desprendió de una parte de las acciones de la aerolínea LAN Chile. Sigue siendo el propietario del canal de televisión Chilevisión y del equipo de fútbol Colo-Colo.

“No aceptamos la concepción de poder que mezcla la política y los negocios […] la noción de Chile como una gran empresa puede conducir a las peores confusiones”, advirtió la anterior presidenta, Michelle Bachelet, en la presentación de la Fundación Dialoga, que colaborará con la reconstrucción de su país, afectado por un terremoto el 27 de febrero. La fundación también trabajará con sindicatos y organizaciones civiles “para generar el necesario contrapeso de ideas y propuestas a la inédita concentración de poder político, económico y comunicacional que se ha constituido en Chile”, afirmó la ex mandataria.

Su coalición política, la Concertación, gobernó los veinte años posteriores a la dictadura hasta que Piñera venció en las urnas. El lunes de la semana pasada la Concertación celebró un cónclave desde el cual habían llegado críticas similares. “Los conflictos de intereses se nos presentan sistemáticamente durante este último tiempo”, señaló Juan Carlos Latorre, presidente de la Democracia Cristiana (DC), uno de los partidos que integran la Concertación, indicó el diario chileno La Nación. La oposición cuestionó que no conoce ningún plan del presidente para comenzar la reconstrucción. Además instó al mandatario a consultarla porque “representa a un sector muy importante de chilenos”, según afirmó Latorre, citado por el diario chileno El Mercurio.

“Los síntomas de la concentración del poder ya se manifiestan”, afirmó el ex presidente, y candidato derrotado por Piñera, Eduardo Frei. En el gobierno hay personas “que fueron el rostro de la dictadura”, añadió, y dijo que “el espíritu de servicio público brilla por su ausencia” y dificulta la existencia de “una separación clara entre los negocios y la política”. Su crítica iba dirigida a la presencia de empresarios en el gabinete.

Tanto los ministros como el presidente hicieron sus declaraciones patrimoniales la semana pasada. En el gabinete, el ex democristiano Jaime Ravinet, secretario de Defensa, fue el que declaró una mejor situación económica, informó El Mercurio. Incluye una casa valorada en 750.000 dólares, un departamento de 160.000 dólares y participaciones en sociedades y cuentas bancarias por un total de más de dos millones y medio de dólares.

Los ministros de Educación, Joaquín Lavín; de Obras Públicas, Hernán de Solminihac, y el de Salud, Jaime Mañalic, además de la vocera, Ena von Baer, declararon entre 15% y 85% de participaciones en empresas con patrimonios mayores al millón de dólares. También hizo su declaración patrimonial el presidente, en el último plazo legal previsto para hacerlo, el 11 de abril, un mes después de su asunción. Declaró algo más de 22 millones de dólares.

En su patrimonio personal Piñera incluyó tres automóviles -dos BMW y un Chrysler Grand Cherokee, un departamento en la exclusiva zona de El Golf en la capital chilena y una casa de vacaciones en el sur del país. Además de acciones -en Chile y en el extranjero- por diez millones y medio de dólares y participaciones indirectas en 32 sociedades de las que no dio a conocer el patrimonio, entre ellas la aerolínea LAN Chile, el canal de televisión Chilevisión y el equipo de fútbol Colo-Colo. No está incluida la casa del lujoso barrio Las Condes donde reside, ni otras dos casas de veraneo, informó la radio chilena Cooperativa.

El presidente también declaró aportes a la Iglesia Católica, el Hogar de Cristo, el cuerpo de Bomberos de Santiago y su partido político, Renovación Nacional, además de una deuda con el Banco de Chile por un crédito de cuatro millones de dólares solicitado para financiar su campaña electoral. Las cuentas bancarias de Piñera -en el Banco de Chile y el Santander- suman casi 12 millones de dólares.

La declaración de Piñera recibió la crítica de varios periodistas de economía, como Ernesto Carmona, consejero de la Federación Latinoamericana de Periodistas y del Colegio de Periodistas de Chile, quien afirmó que el gobernante declaró sólo el 1% de su fortuna, refiriéndose a la relación entre el patrimonio de 22 millones de dólares declarado por Piñera y el resultado de la investigación de la revista Forbes, que lo cifró en 2.200 millones de dólares.

Cuando el piso se movió

El terremoto de febrero puso en evidencia varios conflictos de intereses. El intendente de Santiago, Fernando Echeverría, es dueño de la constructora Echeverría Izquierdo, responsable de varios de los edificios que se derrumbaron. En situaciones similares están Rodrigo Galilea, el intendente del Maule, una de las zonas más afectadas por el terremoto, y el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, ambos responsables de varias constructoras. Una de ellas, el Grupo Inmobiliario Viva contrató para su defensa legal al estudio de abogados Bofill Mir & Álvarez, en el cual es socio el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, quien afirmó que el gobierno “va a ayudar a los chilenos a perseguir las responsabilidades” que pudieran tener los constructores.

Pero las críticas a Piñera no son sólo de la opositora Concertación, también le llegan desde su partido, RN, parte de la Coalición por el Cambio que lo llevó a La Moneda. El senador Andrés Allamand, que fue el principal aliado de Piñera en la década de 1990, cuando conformaban la juventud del partido, señaló que “es fundamental que los temas de conflicto de interés en el gobierno se cierren de una vez por todas” e hizo hincapié en que Piñera debe “enajenar Chilevisión”.

Allamand también opinó que al presidente “le gusta más mandar que delegar responsabilidades”, y que en su gabinete no hay un adecuado equilibrio “entre experiencia política y conocimiento técnico”.

El dirigente es el autor del libro La estrella y el arco iris, sobre la campaña electoral, que escribió junto con su esposa, la ex diputada Marcela Cubillos, de la Unión Demócrata Independiente (UDI), también parte de la Coalición por el Cambio. Aseguró que le mandó un ejemplar a Piñera antes del lanzamiento oficial, la semana pasada, y dijo que desea que el libro “le guste” al presidente.

Las críticas del senador al gobierno despertaron una dura respuesta de sus correligionarios. La senadora de la UDI Evelyn Matthei, por ejemplo, lo acusó de estar “bailando la cumbia de los picados [enojados]” por no haber obtenido un cargo en la actual administración. El senador de la UDI, Hernán Larraín, dijo a Radio Agricultura que “no es el tiempo para las críticas” y pidió a Allamand que no ponga “pelusas en la sopa”, aunque reconoció que comparte “algunas críticas”.

El conflicto desatado alrededor del canal Chilevisión, el segundo más importante del país, podría ser investigado por la Contraloría chilena si acepta una solicitud de la oposición, que afirmó que Piñera no puede designar al presidente del directorio del canal estatal Televisión Nacional de Chile (TVN) siendo dueño de una empresa que compite con él. Los democristianos advirtieron al presidente que no votarán los miembros del directorio de TVN mientras el gobernante no venda su canal o la Contraloría afirme que no hay un conflicto, informó El Mercurio.

Frente a los ataques, Piñera afirmó que está abierto a la “crítica constructiva, pero no a las críticas que provienen de la ignorancia o de la mala intención”, porque son “los verdaderos requerimientos de unidad que Chile exige hoy en día”, señaló. El mandatario también aseguró que pidió a Fontaine, ministro de Economía, que se reuniera con los senadores opositores para discutir los proyectos con miras a la reconstrucción, aunque no explicó por qué esos encuentros no se llevaron a cabo.

Piñera también perdió el apoyo de los empresarios chilenos al anunciar el “aumento transitorio” de uno de los impuestos a las grandes empresas, que subirá tres puntos porcentuales hasta el 20% en 2011 y otro punto y medio más en 2012, para financiar la reconstrucción del país luego del terremoto. El plan del empresario incluye aumentar un impuesto a la minería privada, excluyendo a la pública Codelco, y también tributos al tabaco y a las construcciones de mayor valor. Los empresarios chilenos señalaron que el aumento perjudicará al empleo, la inversión y los precios, pero no a las empresas, como se quiere hacer ver.

Hernán Büchi el empresario y consejero del centro de estudios Libertad y Desarrollo, del que salieron varias personalidades del gobierno, dijo que la Concertación ya quiso imponer este tipo de medidas cuando estaba en el poder y que Piñera y los partidos que lo respaldan se oponían al aumento impositivo. Añadió que a los empresarios les “costó 20 años hacer ver que el aumento de los impuestos a las empresas no tiene buenos efectos en la economía”, para que “en poco más de 20 días perdamos ese esfuerzo”, informó el diario chileno La Tercera.

Otro episodio que perjudicó a Piñera fue su designación de Iván Andrusco como director de Gendarmería, el 7 de abril. Andrusco es general retirado de Carabineros, y mientras dirigía la institución militar ocurrió allí el “caso degollados”, el secuestro, tortura y asesinato de tres miembros del Partido Comunista en 1985, durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

La oposición afirmó que el gobierno estaba provocando con esa medida tanto a la oposición como a los movimientos militantes por los derechos humanos, que recordaron que el”caso degollados” continúa siendo investigado por el presidente de la Corte Suprema, Milton Juica. Luego de diez días de intensas críticas, Andrusco renunció a su cargo argumentando que había recibido “amenazas de muerte” del diputado comunista y abogado de derechos humanos, Hugo Gutiérrez, quien rechazó de plano esas acusaciones verbales.