“Podemos hacer más, Brasil puede más”, aseguró el sábado José Serra en el acto en el que fue presentado como candidato de la oposición de centro y de derecha a la presidencia de Brasil en las elecciones del 3 de octubre. El parecido entre esa frase, que se perfiló el sábado como lema de campaña, y el “Yes, we can” (“Sí, podemos”) que utilizó en la suya el presidente estadounidense, Barack Obama, no pasó inadvertido para Lula da Silva. El mandatario brasileño respondió ayer: “Nunca pensé que, con tanta inteligencia que tienen nuestros adversarios, fueran a copiar el eslogan de Obama”.
Lula dijo que los brasileños son conscientes de los logros de su administración, y que por eso “de nada servirá intentar copiarle a Obama”. Agregó que “si hoy Brasil puede más” es porque “también se hizo más”, citó ayer el periódico brasileño O Globo. Las respuestas de Lula fueron precedidas, el sábado, de varias críticas realizadas por José Serra al actual gobierno en el acto de lanzamiento de su candidatura, que se desarrolló en Brasilia, cerca del Palacio de Planalto y ante unas 4.000 personas. Impulsan su candidatura el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), al que pertenece, el derechista Demócratas y el Partido Popular Socialista. Serra, de 68 años, fue diputado, senador, alcalde y gobernador de San Pablo, cargo al que renunció hace diez días para dedicarse a la campaña electoral.
En su lanzamiento, Serra acusó a la administración de Lula de no castigar a políticos corruptos y prometió “acabar con la sensación de impunidad” si es electo presidente. Aseguró también que impulsará políticas contra el narcotráfico y la delincuencia, y que mejorará la salud y la educación. “El Estado debe ser fuerte pero no obeso, fuerte en su papel para discutir y activar el desarrollo y la justicia social”, dijo. “Defiendo un Estado activo, pero no el estatismo”, insistió.
Si bien Serra aparece primero en las encuestas, con una diferencia de entre cinco y nueve puntos porcentuales frente a Dilma Rousseff, la candidata del gobernante Partido de los Trabajadores, ella cuenta con el capital de la popularidad del presidente, que llega a 75%, y ha crecido en las encuestas a medida que se hace conocida para los brasileños. Contra ella apuntó también Serra. Dijo que la ex ministra de Presidencia de Lula “nunca fue líder de nada”, mientras que él sí tiene “experiencia” de gobierno.
Admitió que la administración de Lula logró hacer avanzar al país, pero atribuyó los méritos también a los gobiernos democráticos que se sucedieron desde 1985, y especificó que la estabilidad económica del país se debe a la administración de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), en la que él mismo se desempeñó como ministro de Planificación y de Salud.
Serra cuestionó también la política exterior de Lula y aludió en forma implícita al apoyo que el presidente dio al gobierno de Cuba. “No cultivemos ilusiones. En una democracia las personas no son encarceladas o condenadas a la horca por pensar diferente de un gobierno ni hay obreros que mueren en huelgas de hambre por no estar de acuerdo con el régimen”, dijo.
Participaron en el acto el presidente de su partido, Sérgio Guerra, el ex presidente Cardoso, también del PSDB, y otro dirigente, Aecio Neves, cuyo nombre había sonado meses atrás como posible candidato a la presidencia.