Entre los favoritos para las elecciones del domingo en Colombia no hay grandes diferencias de propuestas. Juan Manuel Santos, heredero del presidente Álvaro Uribe, candidato del oficialista Partido de la U, y Antanas Mockus, candidato del Partido Verde y ex alcalde de Bogotá dos veces, aparecen en empate técnico en las encuestas, con 34% de los votos para cada uno, lo que augura una segunda vuelta a disputarse el 20 de junio. Los útimos sondeos indican que Mockus vencería en una segunda vuelta con el 45% de los votos, cinco puntos más que su contendiente.

Quizás las diferencias principales entre los dos candidatos radiquen en sus estilos personales y de los partidos que los respaldan. En el programa de gobierno, disponible en su página web oficial, Santos apunta a la economía y la política energética, mientras Mockus propone medidas enfocadas en varios temas de corte más social vinculados a la justicia, la cultura y los derechos humanos.

El ex ministro de Defensa y candidato oficialista señala también, como prioridad en su programa, la atención a la pobreza. En cambio, el profesor de matemática Mockus destaca la necesidad de una “legalidad democrática” y recalca que “el fin no justifica los medios”, frase que repitió hasta el cansancio durante su campaña.

Santos propone avanzar en la “seguridad democrática”, estandarte del gobierno uribista, y apuntar a una “prosperidad democrática”, mientras Mockus se embandera en la “legalidad” y hace hincapié en los escándalos que salpicaron los últimos ocho años de gobierno del Partido de la U, como los asesinatos de civiles por parte de militares en su afán de mostrar resultados contra grupos armados, o la falta de reparación a las víctimas de los grupos paramilitares.

Mockus insta a aumentar la “presencia del Estado en todo el territorio nacional, no sólo con la fuerza pública, sino con un sistema de justicia” con trabajadores “idóneos e insobornables”.

Santos, por su parte, asegura: “el resultado más importante de nuestras políticas será la generación de puestos de trabajo”. El 43% de los ciudadanos colombianos considera que el principal problema de su país es el desempleo, indicó una encuesta de Invamer Gallup. En segundo lugar se situó la necesidad de una mejora de la calidad y de cobertura de la salud y la educación.

Varios analistas consultados por la agencia de noticias Reuters, como el economista Ricardo Bonilla, del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad Nacional, señalaron que los primeros retos que enfrentará el próximo gobierno serán económicos. Urgen la disminución del desempleo, que alcanza al 13% de la población -más de 2,5 millones de personas- y la reducción del elevado déficit fiscal, estimado en más del 4% del Producto Interno Bruto.

Para enfrentar estos retos, señalaron los analistas, son necesarias reformas impositivas, laborales y de pensiones. En este sentido, ambos candidatos proponen reformas tributarias aunque distintas. Mockus propone aumentar la carga impositiva a la clase alta y suprimir privilegios tributarios a ciertas empresas, creados por el gobierno de Uribe. Santos, en cambio, propone ampliar la base tributaria y continuar con una política de motivar a la industria con deducciones impositivas según la cantidad de mano de obra que emplee. “Tengo el desafío de transmitir que sé más de economía que de seguridad”, señaló Santos en una entrevista con el diario español El País.

La inequidad social de Colombia, donde, según estimaciones extraoficiales, el 20% de la población es dueña del 80% de la riqueza, es otro problema que deberá atacar el próximo gobierno y contra el cual ambos candidatos proponen reformas con efectos a corto y largo plazo, en especial en el área de la educación y de los servicios del Estado. Ni Mocksus ni Santos manejan la posibilidad de dejar de aplicar los planes sociales introducidos por la administración Uribe, e incluso Mockus propone nuevos planes sociales y políticas de inclusión.

Algún matiz

Dos meses atrás el escenario para el 30 de mayo auguraba la reelección de Uribe, que se retira del gobierno con casi 70% de popularidad, el máximo registrado para un presidente colombiano. Pero la Corte Suprema de Justicia cerró el camino a la segunda reelección del gobernante y las miradas giraron hacia Santos, cuyo papel fue fundamental para la Seguridad Democrática, en especial desde el Ministerio de Defensa.

A principios de abril, Santos ya contaba con una intención de voto del 35%, mientras los verdes figuraban terceros en las encuestas con un 10%. Pero la “ola verde”, como denominaron los medios colombianos al ascenso de Mockus, relegó a la candidata conservadora Noemí Sanín a un tercer lugar y finalmente alcanzó a Santos.

El candidato oficialista no contó con la coalición que respaldó a Uribe en 2006, cuando fue reelecto. Varios de esos partidos, como el conservador y Cambio Radical, presentaron esta vez sus propios candidatos. “Los votantes uribistas están fragmentados en varios candidatos, entonces eso ayuda a que no haya una transmisión obvia y matemática de la votación” de Uribe a Santos, dijo a Reuters la politóloga Mónica Pachón.

A esto se suman las coincidencias fundamentales entre el candidato oficialista y su principal rival. Por ejemplo, en lo referente a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, con las cuales ambos rechazan negociar mientras ese grupo mantenga rehenes.

En otros temas, hay matices. Por ejemplo, en una conferencia de prensa, Mockus habló de la necesidad de reformar el Plan Colombia, que establece la colaboración de su país con Estados Unidos para combatir el narcotráfico. Dijo que es necesario “un gran consenso en Colombia” contra el narcotráfico, para luego “replantear el Plan Colombia, ajustarlo”, y recibir la ayuda “desde la perspectiva que parezca más urgente”, informó la agencia de noticias EFE. “Puede que necesitemos ayuda externa, pero nadie nos va a resolver el problema de fondo. El problema de fondo vamos a tener que resolverlo nosotros”, subrayó Mockus. Por su parte, Santos hace hincapié en que “gracias a la mejora en la seguridad del país” existe una “oportunidad de avanzar mucho más en otros frentes, como el empleo, la lucha contra la pobreza, la educación y la salud”.

Lo más probable es que el próximo presidente de Colombia se conozca el 20 de junio y no el domingo, en una segunda vuelta que dará resultados más claros en cuanto a quiénes respaldan al uribismo y apoyarán a Santos, y quiénes optarán por la alternativa y respaldarán a Mockus.