Bélgica está compuesta por dos grandes comunidades, la próspera Flandes al norte, con 6,5 millones de habitantes de habla holandesa; y la empobrecida Valonia, al sur, con 4 millones de habitantes francófonos. Aislada, en la comunidad de Flandes pero con 90% de francófonos, está la capital, Bruselas, que tiene un estatuto especial bilingüe.
La separatista Nueva Alianza Flamenca (N-VA), del historiador Bart de Wever, ganó las elecciones en el norte flamenco con el 30% de los votos, según las primeras proyecciones anunciadas por el canal estatal VRT. La victoria de la N-VA fue en detrimento del partido Cristiano Demócrata y Flamenco del primer ministro saliente, Yves Leterme, que, luego de ser el principal partido en alianza con la N-VA, logró 17,5%.
Durante su campaña, De Wever aseguró que las dos comunidades se desempeñarían mejor por separado, utilizando acuerdos ocasionales. Flandes no va a declarar la independencia “inmediatamente”, sino que Bélgica “se evaporará de forma gradual”, indicó el líder.
Al celebrar la victoria ayer, De Wever aseguró: “Los flamencos han elegido hoy el cambio y nos los decepcionaremos”. Las transformaciones se harán mediante “una suave evolución hacia mejores estructuras”, agregó. Para ello los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores continuarían en la órbita del Estado luego de una nueva reforma parlamentaria de las estructuras estatales, que permita profundizar en el autogobierno, informó el diario español El País.
Debido al empobrecimiento de Valonia -otrora rica-, Flandes se ve forzada por el Estado a ceder fondos a una “caja común”, en pos de la seguridad social del país, informó Deutsche Welle. Con una crisis económica que acumuló una deuda situada alrededor del 100% de su PBI, los flamencos exigen, a través del voto, la independencia.
Según la prensa local, el interés en la independencia ya existía en la población hasta que la N-VA la puso sobre el tapete electoral. Aun así, al celebrar su victoria, De Wever dijo que ahora “hace falta tender puentes”, y añadió que para él “no es importante” el cargo de primer ministro. Por eso no rechaza la posibilidad de ceder ese puesto al líder del Partido Socialista (PS), Elio Di Rupo, que venció en el sur.
Di Rupo aplaudió la victoria de su partido en Valonia y dijo que el mensaje de la votación de los flamencos “debe ser escuchado”. Agregó que “El PS siempre ha estado dispuesto a una reforma del Estado que garantice más prosperidad” a todas las regiones y que“los ciudadanos se han expresado, y ahora corresponde a los elegidos estar a la altura”. Para formar un gobierno, el PS y la N-VA deben formar una coalición -la Constitución exige una alianza bilingüe, informó BBC-, logrando 48 diputados de 150, y 16 senadores de 40. De Wever reconoció ayer que ya inició contactos informales con otros partidos, para formar un nuevo gobierno lo antes posible.