El caso de espionaje ruso en Estados Unidos terminó en un canje. Siete de las diez personas detenidas por el FBI el 27 de junio, acusadas de espiar para Moscú, se declararon culpables ayer en una audiencia de menos de una hora. Las otras tres ya lo habían hecho. Sus confesiones les permitirán ser liberadas en el marco de un acuerdo con Moscú que incluye su “expulsión inmediata” -dentro de las 72 horas- hacia Rusia, indicó la agencia de noticias EFE.
Así se supo que el ahora declarado espía ruso que se hacía llamar Juan Lázaro, y usaba falsos documentos uruguayos, en realidad se llamaba Mikhail Anatonoljevich Vasenkov.
Su abogada, Génesis Peduto, habló con la prensa al salir del tribunal. Indicó que la esposa de su cliente, la periodista peruana Vicky Peláez, también viajará a Rusia.
Peláez, que no utilizaba identidad falsa pero que también admitió ser espía, recibirá de Rusia, de por vida, alojamiento, 2.000 dólares mensuales y visas para sus hijos. Además, la pareja tiene posibilidad de dejar Estados Unidos acompañada de su hijo.
Podrán viajar pero no tienen permitido regresar a Estados Unidos sin la autorización previa del fiscal general de ese país. Así lo establece el acuerdo entre la Fiscalía Federal de Manhattan y los abogados de Peláez. Además, todos los bienes de la pareja pasarán a ser propiedad del gobierno estadounidense.
A cambio de la expulsión de los diez espías declarados serán liberados en Rusia cuatro acusados de espiar para Estados Unidos. El vocero del Departamento de Estado, Mark Toner, explicó que “Estados Unidos ha aprovechado la oportunidad que se ha presentado para asegurar la liberación de los cuatro individuos que cumplen pena de cárcel en Rusia, varios de los cuales sufren un delicado estado de salud”, citó EFE. Los liberados por Moscú podrán salir del país con sus familias.
Toner indicó que su país “no habría obtenido ningún beneficio significativo en materia de seguridad nacional por la encarcelación en Estados Unidos de estos diez agentes ilegales”. Otros posibles motivos del acuerdo serían el objetivo de evitar que durante los juicios se dieran a conocer secretos de Estado del país, preservar las relaciones ruso-estadounidenses y un futuro acuerdo de desarme nuclear.