Ayer 30 millones de mexicanos eligieron 12 de los 32 gobernadores del país, casi 2.000 alcaldes y unos 500 diputados locales. La Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), dispuso 54 observadores en los estados en los que se desarrolló la votación para prevenir posibles delitos electorales.

En el estado de Tamaulipas, donde fue asesinado el candidato a alcalde que encabezaba las encuestas, Rodolfo Torre Cantú, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), 9.000 policías del estado vigilaron los comicios además de las fuerzas federales, según la Secretaría de Seguridad Pública, indicó la agencia de noticias EFE. Torre Cantú fue sustituido por su hermano. “Venimos a votar, vamos a votar, y vamos a cumplir”, dijo Egidio Torres Cantú a la prensa, invitando a sus conciudadanos a imitarlo, luego de haber emitido su voto en companía de la viuda de Rodolfo. Lo protegía un fuerte operativo de seguridad, encabezado por la Policía Federal, que llegó al lugar antes que él, y una escolta de 50 agentes.

En Chihuahua, los cuerpos de cuatro hombres, no identificados, fueron colgados de tres de los principales puentes de la ciudad. Podría tratarse de un intento de intimidar a los votantes para respaldar la amenaza que emitió días atrás el grupo “La Línea”, del Cártel de Juárez, contra quienes fueran a votar.