El fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, aseguró que corre el riesgo de ser acusado por el gobierno de Estados Unidos y arrestado bajo el cargo de conspirador para espiar y que teme ser detenido. En entrevista con el diario británico The Telegraph, Assange mostró preocupación por el traslado del soldado Bradley Manning a “un segundo Guantánamo”, la prisión de Quantico, en Virginia, donde comenzará su juicio político.

Manning es sospechoso de haber filtrado meses atrás, a Wikileaks, un video de un ataque aéreo estadounidense contra algunas personas armadas y varios civiles en Bagdad, que desmentía la versión oficial de un inminente enfrentamiento armado. Aún se desconocen tanto los cargos como las penas que podría enfrentar el soldado, aunque hay quienes exigen que se lo juzgue por traición a la patria y se lo ejecute. Así lo reclamó el diputado Michael Rogers, miembro del Comité de Inteligencia del Congreso, en declaraciones a una radio de Michigan. “Manning ayudó claramente al enemigo en lo que podría resultar la muerte de soldados norteamericanos o de aquellos que cooperen con ellos. Si eso no es una ofensa capital, no sé qué lo es”, argumentó.

Los investigadores ya disponen de pruebas que relacionan a Manning con una segunda filtración, de 90.000 informes militares sobre la guerra en Afganistán, informó el diario The Wall Street Journal. El portavoz del Pentágono, el coronel Dave Lapan, indicó que Manning “es alguien a quien estamos analizando de cerca”, aunque destacó que “la investigación no se centrará sobre un individuo en particular, tiene un espectro más amplio”.

Una de las personas interrogadas para la investigación fue Jacob Appelbaum, un informático estadounidense colaborador de la página web de Wikileaks. Al regresar a Estados Unidos desde Canadá, Appelbaum fue detenido en el aeropuerto durante tres horas por el Servicio de Aduanas, que lo interrogó sobre Wikileaks y Assange. En entrevista con el diario The New York Times, Appelbaum denunció que no le permitieron comunicarse con su abogado, lo amenazaron con detenerlo cada vez que pasara por la aduana y le quitaron una computadora portátil y tres celulares que no le devolvieron. Según el diario neoyorquino, es sólo un ejemplo de la investigación oficial.

Mientras tanto, la Casa Blanca “imploró” a Wikileaks que no filtre otros informes que asegura tener en su poder, a fin de proteger al personal afgano, los soldados estadou-nidenses y la seguridad nacional del país, manifestó el portavoz de la casa presidencial, Robert Gibbs, a la cadena NBC.

Tanto Gibbs como el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Mike Mullen, aseguraron que la filtración de los documentos puso en peligro la vida de muchas personas. Mullen llegó a asegurar la semana pasada que Assange podría “tener ya las manos manchadas de sangre” de soldados estadounidenses y afganos.

El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, ex agente de la CIA, también arremetió contra Wikileaks y afirmó que la organización es “al menos culpable moralmente” por la divulgación de los documentos clasificados que podrían hacer peligrar la vida de miles de personas, “han publicado esto sin ninguna consideración por las consecuencias”. Consultado sobre si la investigación del Pentágono y el FBI debe incluir a Wikileaks, Gates afirmó que “debería ir adonde sea que necesite ir”, informó la agencia de noticias Reuters.

En un video difundido por CNN, Assange respondió a las críticas y dijo que el gobierno, en lugar de “anunciar la apertura de una investigación sobre las muertes”, trató a la filtración “y a los países afectados con desprecio”.

La organización Wikileaks (“leaks” significa “fugas” en inglés) y su página web fueron creadas en diciembre de 2006 con el objetivo de publicar de forma masiva y analítica documentos secretos y si bien en su página especifica que su principal interés refiere a países “con regímenes totalitarios”, las mayores repercusiones llegaron por la difusión de información estadounidense. Actualmente la página cuenta con 1,2 millones de documentos.

Wikileaks intenta ser un sistema de control a las autoridades, formado por periodistas, activistas, militares y civiles anónimos, en busca de una mayor transparencia gubernamental. Con la aparición y la generalización del uso de Twitter y Facebook, la organización, que comparte la interfaz con Wikipedia, ganó en popularidad y en 2008 recibió el premio al medio de comunicación del año de la revista The Economist.

Al año siguiente la web y su fundador ganaron el premio de Amnistía Internacional en la categoría de Nuevos Medios, por sacar a la luz un informe sobre las matanzas en Kenia, informó el diario español El País. Actualmente Wikileaks cuenta con más de un millón de documentos publicados y según afirma tiene otros 60.000 que están siendo verificados.