“Son sólo palabrerías eso de que yo sigo dirigiendo el país”, dijo el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, a la prensa de su país, durante una gira por Siberia. Opinó que el actual presidente, Dmitri Medvedev, “hace con calidad y mesura todo lo que tiene que ver con la política exterior” y se preguntó por qué, entonces, tendría él que entrometerse en esas decisiones. “Yo lo puedo llamar, él a mí también. Nos aconsejamos. Muchas veces nos juntamos y discutimos. Tomamos decisiones en el Consejo de Seguridad ruso. Pero la decisión es cosa suya”, matizó. Putin fue quien propuso la candidatura de Medvedev a la presidencia a fines de 2007, cuando a él se le terminaban los dos mandatos consecutivos como presidente que le permitía la Constitución rusa.

Además se aseguró de ocupar en el nuevo gobierno el cargo de primer ministro y el de presidente de su partido, Rusia Unida, un puesto que el propio Putin inauguró.“¿Qué hay de anormal si el [presidente] saliente propone al país un hombre que sabe que es honesto, profesional, una persona que puede desempeñar de manera eficaz esa labor?”, dijo Putin en una entrevista publicada ayer por el diario ruso Kommersant y citada por la agencia de noticias EFE.

Una de las preguntas planteadas al ex presidente por Kommersant se refería a las presidenciales de 2012, en las que ya se especula con que presente su candidatura. “Me interesa como a..., quería decir como a todos, pero, de hecho me interesa más que a todos. Pero no es una obsesión”, respondió Putin.

Una muestra de ese interés es su viaje a Siberia, una gira en la que se lo vio, de acuerdo a crónicas de EFE y Reuters, cazando ballenas en el Pacífico o navegando ríos de la península siberiana de Kamchatka para observar a los osos pardos cazando salmones.

Esta gira dio argumentos a quienes consideran que el ex presidente quiere volver a competir por el cargo en 2012. Si ganara esas elecciones, podría continuar en la presidencia hasta 2024, reelección mediante, luego de que la administración Medvedev modificara la Constitución y extendiera de cuatro a seis años el mandato presidencial.

Antes de este viaje, las cámaras oficiales mostraron a Putin visitando las zonas más afectadas por los incendios que sufrió Rusia durante este verano boreal. Incluso se difundieron imágenes de Putin como copiloto, volando en un hidroavión que iba a apagar dos focos en la región de Riazán.

Además de los incendios, Putin combatía la caída de su popularidad. Una encuesta del Centro Levada publicada la semana pasada indicó que 47% de los rusos está descontento con su gestión como primer ministro, sobre todo porque entiende que no es capaz de garantizarles el empleo ni de mantener una relación adecuada entre ingresos y precios. Los incendios aumentaron la disconformidad con el Ejecutivo.

Desde que asumió su actual cargo, en mayo de 2008, Putin no enfrentaba una caída tan grande en su respaldo, que, sin embargo, es mayor que el de Medvedev.

Putin insiste en elogiar la gestión del actual presidente, pero también se guarda algún mérito para sí mismo. Por ejemplo, el viernes aseguró que fue él quien decidió detener la construcción de una carretera que atravesaría el bosque de Jimki, en las afueras de Moscú, una iniciativa que fue motivo de varias protestas y tuvo en contra a la oposición, vecinos y a militantes ecologistas. Se cuestionaba la tala de bosque para la construcción de la carretera y para permitir la instalación de comercios junto a ella, en particular cuando los cientos de incendios de las últimas semanas afectaron los bosques rusos.

“Decidimos hacer una concesión a las organizaciones ecologistas. Yo mismo tomé la decisión”, declaró a la prensa rusa el primer ministro. Aunque intente ganar votos para 2012, Putin mantiene su estilo de líder duro, por ejemplo, ante los militantes de otros partidos. En la entrevista de Kommersant, se refirió a la represión de manifestaciones opositoras, y declaró que para hacer una protesta pública “es necesario recibir autorización de las autoridades locales”.

Putin resumió: “¿La recibieron? Hagan la manifestación. Si no, no tienen derecho. Si salen a la calle cuando no tienen derecho, recibirán en la cabeza un palo. Eso es todo”.