Un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre Honduras, difundido el viernes, hizo que se decidiera que los gobiernos de Chile y de México reconozcan el gobierno del presidente Porfirio Lobo, cuestionado por llegar al poder bajo las reglas del gobierno de facto que asumió tras el golpe de Estado de junio de 2009, cuando fue derrocado el presidente Manuel Zelaya. El informe indica que hubo avances hacia la democracia en el país aunque quedan varios temas en el debe, entre ellos la situación de Zelaya. “Chile reconoce que la elección de Lobo fue libre, democrática y transparente”, indicó el canciller chileno, Alfredo Moreno; quien hoy arribará a Honduras para oficializar la decisión de reanudar plenamente las relaciones entre los países. Para México, el informe de la OEA muestra “avances significativos” en Honduras, por lo que “normaliza sus relaciones diplomáticas”, según un comunicado de la cancillería.
El canciller hondureño, Mario Canahuati, subrayó que con estas decisiones su país “va hacia la normalización con los demás países” y “se crea un ambiente positivo para el presidente y su gobierno”. Canahuati también aseguró tener 24 de 33 votos necesarios para volver a la OEA, informó el diario hondureño El Heraldo, pese al rechazo expreso de once países, entre ellos Brasil, Nicaragua y Venezuela.
El secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, aplaudió el reconocimiento de su país aunque admitió, en entrevista con la agencia de noticias EFE, que “no es un tema que a la OEA le corresponda comentar”. Advirtió que hay que distinguir entre los reconocimientos de los países en las relaciones bilaterales y los de la organización en su totalidad, que tomará la decisión “en unas semanas”.
También se pronunció sobre la situación política hondureña la Comisión de la Verdad y Reconciliación, por intermedio de su coordinador, Eduardo Stein, quien aseguró que el diálogo político sigue “muy afectado, muy contaminado por las posiciones antagónicas”. Además, Stein destacó que la comisión no ha tenido inconvenientes para recolectar información, y dijo que a partir de setiembre se comunicará con los principales actores del “desenlace”, entre ellos, Zelaya.
Mientras tanto, la organización Human Rights Watch reclamó el jueves que no hubo “ni una sola condena de responsables de violaciones [a los derechos humanos]” denunciadas por varias organizaciones. Mediante un comunicado, el director para América Latina de la organización, José Miguel Vivanco, denunció que rige un “ambiente de intimidación” por las “amenazas y ataques” contra ciudadanos, periodistas, opositores y jueces que “temen ser despedidos”.
En Honduras “no ha cambiado nada”, porque “el sistema es el mismo”, aseguró la ex primera dama Xiomara Castro, de visita en El Salvador. En un acto sindical al que fue invitada, la esposa de Zelaya pidió a la OEA que exija “condiciones mínimas” antes de reintegrar a Honduras y denunció que los asesinatos de nueve periodistas en 2010 “son mensajes” a quienes “denuncian abiertamente las violaciones que había en Honduras”. Leyó además una carta en la que Zelaya rechaza el reintegro de su país en el Sistema de la Integración Centroamericana (Sica), decidido el 20 de julio, por la ausencia de Nicaragua en esa sesión.
El presidente Lobo invitó nuevamente a Zelaya a regresar a su país y se ofreció “a ir personalmente a traerlo de República Dominicana”, ya que de esta manera entraría a Honduras bajo su responsabilidad. Zelaya reside en el extranjero desde que asumió Lobo, el 27 de enero, porque en Honduras pesan cargos judiciales en su contra, desde el golpe de Estado. También lo invitó a volver el canciller, quien dijo que debería regresar “incluso para probar el sistema judicial” y verificar “si el sistema realmente no ha cambiado, si el sistema no está politizado, si el sistema no es parcial”.