“Queremos vivir en paz con todos nuestros vecinos [...] la palabra ‘guerra’ no está en mi diccionario cuando pienso en la relación de Colombia con sus vecinos”, dijo el sábado en su ceremonia de asunción el presidente colombiano, Juan Manuel Santos. Agregó que uno de sus propósitos es “reconstruir las relaciones con Venezuela y Ecuador”. Aunque ni el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, ni el canciller venezolano, Nicolás Maduro, presentes en la ceremonia, se sumaron al aplauso a estas palabras, la respuesta del mandatario venezolano, Hugo Chávez, no se hizo esperar. “Estoy dispuesto a voltear la página completa y mirar hacia el futuro, presidente Santos”, declaró Chávez en un acto público y agregó que está disponible para viajar a Bogotá en los próximos “tres o cuatro días”, si Santos no puede ir a Caracas, para mantener el diálogo “respetuoso” por el que ambos abogaron.

Santos agradeció a los presidentes de la región que propusieron mediar en el conflicto -entre ellos se cuenta al uruguayo, José Mujica- pero aseguró: “Dadas las circunstancias y mi forma de ser, prefiero el diálogo franco y directo”.

Chávez no sólo respondió al llamado al diálogo de Santos, sino que en su programa dominical de radio y televisión, “¡Aló, Presidente!”, dijo palabras críticas a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), algo que Bogotá le había reclamado. Señaló que “la guerrilla colombiana no tiene futuro por la vía de las armas” y pidió a las FARC “demostraciones contundentes” de que quieren la paz, “por ejemplo, que liberen a todos los secuestrados”.

El mandatario dijo estar “muy esperanzado” con que en el corto plazo “se comience a reconstruir lo que pulverizó el saliente gobierno: la confianza”, en referencia al ahora ex presidente colombiano Álvaro Uribe. En el acto del sábado, Chávez también había tenido palabras para “el lacayo del imperio”, Uribe: “Voy a repetirle a ese ex presidente lo mismo que le dije hace pocos meses en México, en una discusión en la cual él pretendió atropellarme, y le dije ‘váyase largo al carajo, largo al carajo’”, informó el diario venezolano El Universal.

Pocas horas antes de que Uribe dejara la presidencia, su abogado, Jaime Granados, presentó dos demandas: una en la Corte Penal Internacional, en la que acusa a Chávez de delitos de guerra y lesa humanidad, y otra contra el Estado venezolano, ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la que acusa a ese país de proteger a terroristas en su territorio. El abogado indicó a la colombiana Caracol Radio que un grupo de víctimas -no indicó de qué tipo- le otorgó los poderes legales necesarios para presentar las demandas.

Estas denuncias no fueron mencionadas por Chávez, mientras que el canciller venezolano, Maduro, minimizó su importancia. “Es una cosa de odio”, indicó al ser consultado, y dijo que su país quiere dejar “esas cosas” en el pasado. Ayer, tras reunirse con la canciller colombiana, María Ángela Holguín, Maduro anunció que Chávez y Santos se reunirán mañana en Bogotá.

La canciller ya se reunió con su par ecuatoriano, Ricardo Patiño, y aseguró que “en los próximos meses y semanas” se verán avances. Por su parte, Patiño dijo que la reunión fue “un punto de partida para retomar con más fuerza el avance de las relaciones diplomáticas y de todo tipo”. También los presidentes de los dos países se reunieron ayer y luego del encuentro Correa dijo que recibió de parte de Santos las computadoras que le fueron incautadas al número dos de las FARC, Raúl Reyes, quien fue asesinado en 2008 en un bombardeo de Colombia en territorio ecuatoriano. Correa anunció que también le entregarán “información del bombardeo” que generó una crisis en la región. El mandatario recordó a los periodistas presentes que el caso judicial contra Santos por ese episodio continúa vigente en su país y recordó que el Poder Judicial “es independiente; se persigue el delito, no se persigue a personas”.