“Sólo hay uno o dos países que tengan leyes más radicales, como Bután, que es un país del Tercer Mundo, en donde la gente viaja en burro”, dijo al diario español El País Dominic Brisby, el presidente británico de la principal tabacalera española, Atlantis, filial de Imperial Tobacco. El empresario se refirió así a la nueva ley antitabaco que entró en vigor ayer en España y que tiene muchos parecidos con la ley uruguaya.

Con la nueva norma todos los lugares públicos cerrados serán “libres de humo”. Además, se establece la prohibición de fumar en ciertos espacios públicos abiertos, como los parques infantiles, las cercanías de hospitales o los patios de universidades y, por otro lado, la desaparición de las “peceras”, cubículos de vidrio reservados a los fumadores. Esos lugares son conocidos por quienes pasaron a partir de 2006 por el aeropuerto madrileño de Barajas. Desde ayer, el cigarrillo entre vuelo y vuelo ya no será posible, a menos que se encuentre un espacio al aire libre. Los lugares de juego, como los casinos, también se convirtieron en libres de humo.

Hasta ayer, la ley española permitía a bares y restaurantes elegir si eran libres de humo y, según el diario madrileño El País, el 95% había elegido recibir fumadores. A mediados de diciembre, el Eurobarómetro indicaba que el porcentaje de fumadores en España había llegando al 35%, mientras que la media europea es de 29%.

El presidente de la Organización Médica Colegial, Juan José Rodríguez Sendín, defendió el endurecimiento de la normativa y estimó que la ley de 2006 era “descafeinada”.

La nueva ley mantiene algunas excepciones, como los centros de reclusión (psiquiátricos o penitenciarios), donde se preverán espacios reservados para el consumo de tabaco, que no deberán estar en los espacios destinados a dormitorios.

Además, los hoteles podrán reservar hasta el 30% de sus cuartos para fumadores y se podrá fumar también en los espacios abiertos de la plazas de toro y de los estadios. A su vez, las terrazas que tengan como máximo cerramiento dos paredes y un techo podrán ser habilitadas para fumadores.

Cualquier violación a la ley tendrá que ser reportada primero al responsable del lugar en el que rige la prohibición, y luego podrá ser denunciada ante las autoridades. Para esto se habilitó una página web. Incumplir la norma expone al fumador a una multa de 30 euros -39 dólares- pero si reincide más de tres veces, el monto a pagar podrá llegar a los 131.000 dólares.

En paralelo a la entrada en vigor de la ley, se aplicó un nuevo aumento del precio del tabaco.