El diputado oficialista chileno Alberto Cardemil hizo una especie de mea culpa acerca de su papel en la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), en la que ocupó varios cargos, entre ellos, el de subsecretario del Interior, y reconoció que “fue una aberración no entregar los cuerpos de los muertos a las familias”, en referencia a los cerca de 1.200 desaparecidos en el país. “Ésa es mi responsabilidad”, agregó. También reconoció: “Aceptamos, los civiles que estábamos en el gobierno, plazos demasiado largos para gobernar”. Cardemil agregó que con lo que hoy conoce “habría sido más prolijo, más desconfiado, menos proclive a dar por ciertas versiones oficiales”.
Las declaraciones del legislador, miembro del partido del presidente Sebastián Piñera, Renovación Nacional, fueron hechas el lunes en la presentación del libro ¿El perdón sin memoria? Respuesta a un general, del diputado opositor Patricio Hales, del Partido Por la Democracia. Cardemil indicó que debería haber estado “más interesado en el fondo de las denuncias, más reflexivo y prolijo en la decisión de preferir la injusticia al desorden”. Pero ayer opinó que el gobierno militar “produjo un avance, un progreso gigantesco para el país”.
Una de las reacciones a sus palabras fue la de Patricio Melero, diputado de la Unión Demócrata Independiente, también oficialista, que fue designado alcalde por el gobierno pinochetista, y que ayer se sumó al mea culpa. Declaró que quienes formaron parte de la dictadura deberían “haber tenido mayor capacidad para entender las violaciones a los derechos humanos que estaban ocurriendo y haber actuado más oportunamente en ponerle término a esas cosas”.
Otro diputado de la Unión Demócrata Independiente, Gustavo Hasbún, que no ocupó cargos en la dictadura, consideró que el reconocimiento de Cardemil “habla muy bien de él; sin embargo, es extemporáneo”, porque pasaron 20 años. Dijo que le hubiera gustado que estas declaraciones se hubieran realizado “hace años”.
Luego de estas declaraciones, el diputado del Partido Comunista Lautaro Carmona pidió que Cardemil sea llamado a los tribunales para que brinde la información de la que dispone acerca de los desaparecidos. “Decir que es una aberración no haber entregado los cuerpos es dar por hecho que hubo cuerpos que se hicieron desaparecer”, indicó, y expresó su deseo de que sus declaraciones no sean “un juego de palabras con un poco de demagogia para vestirse de una connotación democrática un poco tarde”.