La reforma de la educación chilena, impulsada por el gobierno, fue aprobada el miércoles por la noche en la Cámara de Diputados gracias al apoyo de la opositora Concertación, que salió lastimada de la votación.
Con 83 votos a favor, 23 en contra y tres abstenciones, la reforma salió de Diputados pronta para convertirse en ley y en la primera gran reforma del presidente Sebastián Piñera. Las modificaciones que introduce fortalecerán el papel de los directores en los centros educativos dándoles mayor autonomía, y aumentarán el presupuesto destinado a la educación, además de favorecer el estudio de carreras docentes.
La mayor parte de la opositora Concertación respaldó la reforma -que es rechazada por estudiantes y sindicatos docentes-, gracias a los esfuerzos del ministro de Educación, Joaquín Lavín, quien trabajó durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Lavín propuso un texto más amplio para contar con los votos de la Concertación.
Algunos diputados de esa coalición de centroizquierda, que gobernó Chile desde la salida de la dictadura hasta que asumió el actual gobierno, manifestaron su rechazo al respaldo que se le dio a la reforma. También el Partido Radical Social Demócrata, que rechazó esta norma, anunció ayer el congelamiento de sus relaciones con la Concertación, de la que es aliado, y a la que su presidente, José Antonio Gómez, tachó de “amarilla y servil”.
Desde el Partido por la Democracia, el diputado Pepe Auth dijo que la Concertación está “en un problema” porque es necesario un mejor sistema de toma de decisiones que asegure que una vez que se asume una postura, ésta sea “asumida por todo el conjunto”.
El más duro en su reacción fue el vicepresidente y jefe de bancada del socialismo, Sergio Aguiló, quien renunció al partido en el que militó durante 20 años. “Este proyecto, más otras medidas anunciadas o ya puestas en práctica por el gobierno de derecha, debilita aun más la ya alicaída educación pública”, aseguró Aguiló en su carta de renuncia. Agregó que el respaldo del Partido Socialista a la reforma surge de una “decisión profundamente equivocada” que se suma a “otras igualmente desafortunadas”, citó el diario chileno La Nación.
El presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, lamentó que se haya aprobado la reforma en un “día negro para el país”. En nombre de la organización, opinó que el proyecto “produce más inequidad” y que la aprobación “significa, sin ninguna duda, que puede comenzar el año académico con dificultades”.