Al igual que el presidente de Chile, Sebastián Piñera, Laurence Nelson Golborne Riveros tuvo que renunciar a su actividad privada cuando asumió su cargo en el Ejecutivo. Entre las cosas que quedaron atrás está su hobby: las inversiones en el fútbol. En su caso, en lugar del Colo-Colo, fue el Audax Italiano, en el cual llegó a formar parte de la directiva. Golborne, que además de como ministro de Minería asumió como titular del de Energía, también habia integrado la directiva de varias empresas, entre ellas la cadena de ferreterías guatemalteca Grupo Progreso. Siguió así los pasos de su padre, que cuando él era niño, y luego de trabajar durante varios años como empleado de una ferretería, abrió otra propia. Golborne vive ahora en el barrio de clase alta Las Condes, con sus seis hijos y su esposa, y tienen una casa en Maitencillo, a la que van los fines de semana; tal como ha declarado, no trabaja para “la plata” sino para “vivir tranquilo” el resto de su vida.

Su niñez no fue pobre, pero no disfrutó de lo que sí disfrutan hoy sus hijos. En los fines de semana de su infancia, el menor de los Golborne trabajaba en la ferretería de su padre, así como en las vacaciones y, a veces, después de la escuela.

El actual ministro no pertenece a ningún partido político, pero durante su adolescencia iba junto a su padre a las reuniones del Partido Nacional de Maipú, de presencia muy local. Los seis hermanos mostraban un amplio espectro político. Su hermano mayor, Wilfredo, pertenecía a Patria y Libertad, un grupo paramilitar chileno que se opuso al gobierno de Salvador Allende. Su madre, a su vez, era prima de la secretaria de Allende, pero era “de oposición permanente, quien fuera el gobierno”, diría Golborne años después. Una de sus tres hermanas, Gladys, militaba en el Partido Comunista y se autoexilió en Suecia durante la dictadura que derrocó al gobierno de Allende. “Tengo recuerdos muy nítidos de la división del país. En mi familia eso se vivía a diario”, recordó en entrevista con el diario chileno La Tercera.

En 1978 su padre falleció de cáncer al pulmón, lo que se sumó a la muerte de otro de sus hermanos en un accidente de tránsito. “Ahí tuvimos que tomar una decisión con mi mamá respecto de si yo seguía estudiando o me dedicaba a atender la ferretería. Ella fue muy aguerrida y tomó las riendas del local. Yo entré a la universidad”, dijo.

Golborne estudió ingeniería civil industrial en la Universidad Católica gracias a un crédito fiscal que terminó de pagar en los 90. Cuando estaba en los últimos años de carrera se casó por primera vez. De ese matrimonio nacieron sus dos primeras hijas. La pareja duró algunos años y después el ahora ministro se casó en segundas nupcias con Karin Oppermann, quien había sido su compañera de facultad y con quien tuvo cuatro hijos.

En la facultad Golborne fue ayudante de docente en varias materias, una de ellas fue Termodinámica, de la cual el profesor era Juan Antonio Guzmán, quien años después, entre 1987 y 1989, sería ministro de Educación de la dictadura.

Al egresar y con 21 años, se incorporó a Esso Chile, filial de la petrolera estadounidense ExxonMobil Corporation, y comenzó una carrera ejecutiva que lo llevaría a ser nombrado por sus pares por dos años consecutivos Ejecutivo del Año, en 2006 y 2007.

Luego de trabajar en varias empresas, en 2001 asumió como gerente general corporativo de Cencosud, definida como un “gigante de las ventas minoristas” que engloba a varias firmas menores que venden productos o servicios a grandes cantidades de clientes. El dueño de Cencosud, Horst Paulmann, de origen alemán, “escogió a Golborne porque se impresionó con la creatividad que mostró en Gener y con su espontaneidad. Contar con una persona brillante, sencilla, austera y muy enérgica fue determinante en su decisión”, contó Fernando Matthei, el headhunter -encargado de encontrar figuras que prometen en el mundo empresarial- que descubrió a Golborne. Matthei es hijo de otro Fernando Matthei, que fue el comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile durante la dictadura, miembro de la Junta Militar -que ejerció el orden público durante el régimen- y ministro de Salud de Pinochet.

Golborne renunció a Cencosud, según los medios empresariales, por diferencias con el dueño de la compañía. Al recordarlo meses después en una entrevista con el semanario chileno Qué Pasa, su esposa indicó que en ese entonces “su pega [sueldo] no era un tema, ni tampoco lo era para los niños. La única que de verdad tuvo miedo fue mi nana [niñera]. Lo que pasa es que Laurence es muy mañoso, entonces ella me preguntó inquieta: ‘Señora, ¿don Laurence va a dejar de trabajar y va a almorzar en la casa todos los días?’”, comentó, entre risas.

Durante algunos meses figuró en los medios y secciones empresariales tanto por las versiones de su renuncia como por dos nuevos emprendimientos personales: una agencia de comunicación llamada Vox Comunicaciones Estratégicas y Oliva Limón, un restaurante que abrió junto con su esposa.

Aun así, cuando Piñera llamó a Golborne para que entrara a su Ejecutivo, el actual ministro dirigía cinco empresas, además de varias fundaciones, y disponía de uno de los tres patrimonios más elevados del gabinete, incluido el del presidente.

Le había surgido la posibilidad de “ficharse” como vicepresidente de HidroAysén, un cargo muy deseado por el empresariado local, y cuando estaba por firmar, recibió el llamado de Piñera. “Estuve bastante sorprendido y mi primera reacción fue que no era una posición en la cual yo quería estar”, indicó Golborne a la revista Poder & Negocios. Mucho menos en Minería, sector con el cual “no había tenido un nexo directo”. Pero luego de discutirlo con su familia decidió que “podía ser un gran desafío”, por lo que se unió al gabinete.

Su comienzo en la gestión fue con el pie izquierdo. Los más cercanos dicen que había advertido que en julio tenía previsto un viaje familiar de una semana que era importante para sus hijos y que no dejaría nada pendiente. En cualquier caso, su viaje al Mundial de Sudáfrica le valió varias críticas, en momentos en que el oficialismo y la oposición debatían si implementar un royalty minero, el pago de un impuesto tal como lo tiene el cobre, para juntar fondos para la reconstrucción por el terremoto del 27 de febrero.

Sus primeros meses estuvieron marcados por otro episodio negativo: su carcajada resonó en una conferencia de prensa mientras el senador opositor Ricardo Lagos Weber exponía sus argumentos para oponerse al royalty. “Se le pueden subir los impuestos a los ricos en Chile”, exponía Lagos como alternativa, cuando se escuchó la risa de Golborne. El ministro pidió disculpas ante las cámaras minutos después y declaró que se reía de un chiste y no de sus argumentos.

Luego llegaron los 33 mineros, su rescate y hasta quienes señalaban que Laurence significa Lorenzo y que el ministro era el santo de los mineros. Cuando asumió el gobierno de Piñera sólo 2% sabía quién era Golborne, el menos conocido del gabinete. Las últimas encuestas del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea confirman que es el ministro con mayor futuro político, y con su 91% de popularidad supera incluso a la ex presidenta Michelle Bachelet.

Estos últimos sondeos no sólo reflejan el efecto del rescate de los mineros, sino también la resolución del conflicto por el gas en Magallanes, que mejoró aun más su posición. Esto resulta extraño porque Golborne respaldó el aumento del precio del gas en 16,8% en reuniones internas, y luego negoció con la Asamblea Ciudadana para reducir ese aumento a 3%.

Con su popularidad, Golborne pasó a ser un “presidenciable”. En Chile no hay reelección consecutiva y a la hora de ocupar los altos cargos de gobierno se evalúa la posibilidad de que un ministro se convierta en candidato. A favor de Golborne juega que en la coalición gobernante hay personalidades que generan tantas adhesiones como rechazos.

Si bien él sostiene que no piensa en las elecciones, su discurso cambió; dejó de lado los tecnicismos y adquirió un perfil más político, comenzó a hacer evaluaciones de la coalición de gobierno y opinó de las próximas medidas para derrotar la pobreza, informó El Mercurio.

El presidente Piñera ordenó en la interna del gabinete que se frene la carrera presidencial, informó La Tercera. En ella también corren el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, el de Educación, Joaquín Lavín, y los recién incorporados Andrés Allamand, de Defensa, y la ministra de Trabajo, Evelyn Matthei, hermana de Fernando Matthei, el “descubridor” de Golborne.

Mientras los distintos partidos de la coalición tientan a Golborne para que se integre a ellos, el ministro espera un fallo de la Justicia acerca de Cencosud, que es acusada de malos tratos de parte de los trabajadores y que apeló una condena por cobros abusivos a sus clientes.

Cuanto más aumenta el ministro en popularidad, más se conoce acerca de las empresas en las que ha trabajado, por lo que no sorprendería que, de continuar en el camino a una candidatura, tenga que defenderse de acusaciones periodísticas sobre sus prácticas empresariales, tal como tuvo que hacerlo Piñera.