El presidente chino, Hu Jintao, admitió ayer durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, junto al presidente estadounidense, Barack Obama, que los derechos humanos todavía “enfrentan muchos desafíos y aún hay mucho por hacer”, aunque afirmó que se han logrado “enormes progresos” en ese sentido. El mandatario asiático se reunió durante dos horas con Obama, en el marco de su visita a Estados Unidos, que comenzó el martes.
A pesar del avance retórico, Hu no mencionó a los presos políticos en su país, como el premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, ni la situación de Tíbet. Esas situaciones no impidieron al presidente afirmar que su país “está comprometido con la promoción de los derechos humanos” y que el tema estuvo presente en los ocho encuentros que tuvo en los dos últimos años con Obama. “China reconoce los derechos humanos universales”, insistió, antes de agregar que es necesario “tener en cuenta las diferentes circunstancias de los países”, informó la agencia de noticias EFE.
“Continuaremos los esfuerzos para seguir mejorando las vidas de los ciudadanos chinos, el Estado de Derecho” y “continuaremos nuestros intercambios con otros países sobre derechos humanos y aprendiendo de otros las buenas prácticas”, prometió Hu.
Estas declaraciones siguieron a las de su par estadounidense, que llamó a que China respete los derechos humanos porque eso será benéfico para ese país y para el mundo.
Obama afirmó además que Estados Unidos “sugiere el diálogo entre China y el Dalai Lama para resolver las diferencias sobre la preservación de la identidad religiosa del pueblo tibetano”, según afirmó en la conferencia de prensa que siguió al encuentro entre los dos mandatarios.