El proyecto de la Comisión de la Verdad es "bueno" y responde a necesidades de la sociedad, y por eso no debe atrasarse más su aprobación, dijo la titular de Derechos Humanos de Brasil, Maria do Rosário Nunes, que visitó Montevideo para participar en la actividad "20 años del Mercosur: derechos humanos en el proceso de integración". El proyecto es criticado porque abarca un período muy amplio, desde 1946 hasta 1988, en lugar de comprender sólo el tiempo de dictadura, que se extendió de 1964 a 1985. Además, se le cuestiona que no haya más integrantes en esta comisión de siete miembros, cada uno con dos asistentes, y que tiene poco tiempo para trabajar.

-¿Cómo responde la cartera a las críticas que recibe la Comisión de la Verdad.

-Cada nación tiene su propio ritmo para encontrar su camino hacia la verdad, la memoria y la justicia. Brasil tuvo un proceso muy lento y estas cuestiones no fueron respondidas para los familiares de los muertos y desaparecidos durante la dictadura y para la sociedad brasileña. Para profundizar la democracia sólida que es Brasil es fundamental que tengamos la Comisión de la Verdad en funcionamiento. Ésa es una directriz que la presidenta Dilma [Rousseff] asumió claramente, y que fue construida a través de nuestro Programa Nacional de Derechos Humanos. El proyecto es bueno, responde a las cuestiones con instrumentos claros que nos permiten conocer las circunstancias de muertes, desapariciones y torturas en Brasil, localizar sitios históricos, y enfrentar los problemas referentes a archivos e información que todavía no son públicos. Responde a estas necesidades y no debemos atrasarlo más. Por eso solicitamos un entendimiento para poner en funcionamiento la Comisión. éste es un momento en el cual el gobierno brasileño tiene las condiciones para hacerlo.

-El anterior ministro de Defensa, Nelson Jobim, compartía mucho más la mirada de los militares -y sus críticas- a esta Comisión que el actual líder de la cartera, Celso Amorim. ¿El cambio ayudó en el proceso de aprobación del proyecto?

-Amorim es una persona con mucho compromiso con los derechos humanos, pero no hubo ninguna dificultad con el ministro anterior, porque ya había una conciencia sobre la importancia que tenía este proyecto, generada por el liderazgo de la presidenta Dilma.

-En febrero fueron retomadas las excavaciones en San Pablo en busca de restos de víctimas de la dictadura ¿continúan?

-Sí, también se están haciendo en Petrópolis [Río de Janeiro], donde estuvo la Casa da Morte [Casa de la Muerte, un lugar que era utilizado por los militares para torturar y asesinar], y en Araguaia [donde operó la guerrilla del mismo nombre].