Por su “lucha no violenta por la seguridad de las mujeres y sus derechos a una participación plena en el trabajo de construcción de la paz”, se entregó el viernes el premio Nobel de la Paz a la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, a su compatriota Leymah Roberta Gbowee, y a la yemení Tawakul Karman.

Johnson Sirleaf tiene 72 años y es la primera mujer elegida de manera democrática como presidenta de un Estado de África. Desde ese cargo “ha contribuido a asegurar la paz en Liberia, promover el desarrollo económico y social y reforzar la posición de las mujeres”, según manifestó el Comité Nobel.

Al igual que la mandataria, la también liberiana Gbowee, de 39 años, trabajó para terminar con la guerra civil en su país, en su caso desde el movimiento pacifista y multiétnico que impulsó en 2002, Women of Liberia Mass Action for Peace. Desde el fin de esa guerra civil, en 2003, mantiene su militancia por los derechos de las mujeres.

La tercera premiada, Karman, de 32 años, fue una de los líderes de los movimientos de la Primavera Árabe en Yemen, pero su militancia por los derechos de las mujeres y como líder del grupo Mujeres Periodistas Sin Cadenas, creado en 2005, comenzó varios años antes.

El presidente del comité, Thorbjoern Jagland, dijo que las tres fueron premiadas porque no es posible “una democracia y una paz duradera en el mundo si las mujeres no obtienen las mismas oportunidades que los hombres para influenciar a todos los niveles en el desarrollo de sus sociedades”.