“El lunes habrá un desastre en los mercados si tú, Silvio, te quedas en tu puesto y no te vas”, le dijo el ministro de Economía y Finanzas italiano, Giulio Tremonti, al primer ministro Silvio Berlusconi, informó el Financial Times. La aseveración, rechazada por la cartera, habría sido realizada durante la cumbre del G20 que terminó el sábado en Francia, y recibió el respaldo de la prensa italiana, incluso la más cercana a Berlusconi, mientras decenas de miles de personas reclamaban ese día en las calles de Roma la dimisión del primer ministro.

Tanto la reunión del G20 como la cumbre europea del fin de semana fueron percibidas como una derrota por el gobierno italiano: el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que visitará Italia cada tres meses para asegurarse de que se apliquen reformas económicas; la Unión Europea (UE) presionó a Berlusconi para que las aprobara de una vez por todas, y tanto el canciller francés, Alain Juppé, como la directora del FMI, Christine Lagarde, denunciaron falta de credibilidad por parte del gobierno.

Las cosas por casa no van mejor para Berlusconi, que continúa al frente del gobierno gracias al apoyo de la ultraderechista Liga Norte, cuyo líder, Umberto Bossi, rechaza las reformas exigidas por la UE, que afectarían en mayor medida a los pensionistas, una parte importante de su electorado.

Mientras Berlusconi era vapuleado en Francia, los diputados de su partido lo abandonaban y crecía el rumor de que serían muchos los que votarían mañana en contra de su documento con algunas de las reformas. Dos de los diputados del Pueblo de la Libertad, Alessio Bonciani e Ida D'Ippolito, abandonaron el partido y se fueron a uno opositor, y ayer se informaba en la prensa italiana de que 20 diputados -entre los que se fueron y los que permanecen en el partido- tampoco levantarían su mano.

Para aumentar la presión, el líder del opositor Partido Demócrata, Pierluigi Bersani, dijo que está consultando con otros partidos para impulsar un voto de censura, que podría derrumbar el gobierno en las próximas semanas si Il Cavaliere no cuenta con el apoyo parlamentario suficiente.

Aunque los cálculos indican que sólo 306 de los diputados respaldarían las reformas -de los 316 necesarios para aprobarlo-, Berlusconi sostuvo ayer que sigue contando con la mayoría legislativa. Es conocida la práctica del primer ministro de seducir a los legisladores para que a último momento cambien su voto y respalden sus propuestas. “No creemos en gobiernos de unidad nacional ni gobiernos técnicos. Nosotros continuaremos gobernando”, aseguró el primer ministro, descartando la posibilidad de hallar alternativas con la oposición para manejar la crisis.

Además, se mostró convencido de que Italia no sólo enfrenta “la especulación de los mercados”, sino también de la política “en el intento de buscar un atajo para llegar al poder”. Il Cavaliere concluyó: “No podemos, por tanto, dejar Italia en manos de esta izquierda”.