Los nuevos desalojos de este fin de semana en diferentes puntos de Estados Unidos contra las acampadas nacidas en Wall Street, que se extendieron a todo el país, no han frenado el movimiento de protesta. Las movilizaciones de “indignados” se repiten también en otros puntos del planeta.

En Estados Unidos más de 60 personas fueron arrestadas en los últimos días en los desalojos de diferentes campamentos de indignados. Al menos cinco de ellos fueron clausurados en Portland, Salt Lake City, Saint Louis, Denver, y finalmente lo fue el de Oakland, uno de los más emblemáticos, que resistió hasta ayer. Tanto en este caso como en Salt Lake City y Burlington, los desalojos se saldaron con más de 40 arrestos, ante una resistencia pacífica por parte de los detenidos.

La muerte de tres personas en el entorno de los campamentos de Occupy Wall Street, por razones ajenas al movimiento, fueron el detonante para emitir las órdenes de desalojo. En Burlington por ejemplo, según informó la agencia de noticias EFE, la orden alegaba que “la presencia de estructuras o tiendas crea un riesgo añadido a la actividad que puede y está ocurriendo dentro de ellas, que es potencialmente muy peligrosa y está oculta a la vista en áreas que normalmente están abiertas y a la vista del público”. En Portland, la resistencia por parte de los manifestantes logró postergar un día el desalojo, pero finalmente el campamento fue desmantelado.

A pesar de estos últimos acontecimientos el movimiento permanece activo y continúan las reivindicaciones, que exigen un cambio de patrón en la economía mundial regida por los mercados, y que plantean fuertes críticas a la clase política. Son demandas vigentes en todos los movimientos de “indignados” que se repiten en distintos países desde mayo y que crecen desde entonces, como se observó con las manifestaciones internacionales del 15 de octubre. En España, las asambleas que nacieron con el 15-M continúan reuniéndose y se desarrollan concentraciones previas a las elecciones del domingo 20.

En Alemania, el fin de semana manifestaron miles de personas en Frankfurt y Berlín, y desde la semana pasada integrantes del movimiento acampan en ambas ciudades cerca de la sede del Banco Central Europeo y de la cancillería general.

Uno de los últimos lugares donde se formaron campamentos de indignados fue Brasil, con el movimiento OcupaRío, cuyos manifestantes están concentrados en la plaza céntrica de Cinelandia desde octubre. Al igual que en otros lugares, se organizaron en diferentes grupos de trabajo: infraestructura, seguridad, comunicación. Reciben donaciones de alimentos y ya comienza a funcionar la cocina, lo que les permite poder plantear una estrategia a mediano plazo. En el movimiento, acorde con el resto de las acampadas, se aúnan reivindicaciones particulares sobre la realidad política en Brasil junto con las críticas globales hacia el sistema neoliberal.