La tecnocracia sustituye a los políticos con militancia partidaria en el nuevo gabinete de Italia, que tiene como principal tarea superar la grave situación económica, social y política en la que se encuentra inmerso el país, con numerosas presiones por parte de los mercados y la Unión Europea en el contexto de crisis del sistema. El perfil de los nuevos ministros es el de personas con alta calificación, entre las que se cuentan empresarios, juristas, profesores y economistas. El propio Monti, ex comisario europeo de Competencia y profesor, ocupa la cartera de Economía.

Antonio Catricalà, hasta ahora presidente de la Autoridad de garantía para la Competencia y el Mercado de Italia, es el viceministro de la Presidencia del Consejo de ministros. Fomento, Obras Públicas y Transportes conforman un único ministerio que dirige Carrado Passera, el hasta ahora consejero delegado de Intensa Sanpaolo, uno de los principales grupos bancarios europeos.

Elsa Fornero, miembro del comité de control del mismo banco y profesora de economía, es una de las tres mujeres que ocupan una cartera en el gabinete de Monti, en su caso a cargo de Trabajo e Igualdad. Otra ministra es Anna Maria Cancellieri, nueva titular de Interior, ex prefecta y actual alcaldesa interna de Parma. La tercera mujer es Elsa Severino, prestigiosa penalista y docente, que fue designada ministra de Justicia.

El diplomático Giulio Terzi, actual embajador italiano en Washington, juró como nuevo ministro de Exteriores, mientras que al frente de Educación asumió Francesco Profumo, presidente del Consejo Nacional de Investigación. Mario Catania presidirá el Ministerio de Agricultura, del que formaba parte como presidente del Departamento de políticas europeas desde 2009, mientras que Corrado Clini, licenciado en medicina del trabajo y docente en Harvard, es el ministro de Medio Ambiente.

Sanidad quedó a cargo del profesor de derecho Renato Balduzzi, y Bienes y Actividades Culturales, en manos de Lorenzo Ornaghi, rector de la Università Cattolica del Sacro Cuore. El único de los ministros ausente en la ceremonia fue el almirante Giampaolo Di Paola, titular de Defensa, que se encontraba en misión oficial en Kabul.

Además, Monti nombró como ministros sin cartera a Enzo Moavero Milanesi (para Asuntos Europeos), Piero Gnudi (Turismo y Deporte), Fabrizio Barca (Cohesión Territorial), Piero Giarda (Relaciones con el Parlamento), Andrea Riccardi (Cooperación Internacional).

En la comparecencia de ayer ante la prensa, Monti se mostró optimista ante las posibilidades de su gobierno para dar estabilidad al país. “Espero que los mercados se tranquilicen. Hemos recibido señales de ánimo por parte de varios miembros de la comunidad internacional y de los socios europeos. Estoy seguro de lo que hemos hecho”, dijo. Aunque no aparece ni rastro de los partidos políticos en el nuevo Ejecutivo, los representantes del Partido de la Libertad, de Silvio Berlusconi, y el Partido Democrático, dieron el martes su apoyo a Monti tras una reunión en el palacio Giustiniani, mientras que la Liga Norte negó su respaldo al nuevo equipo.

Según explicó ayer el nuevo primer ministro, confía en que la ausencia de políticos en el gobierno ayudará a establecer una base sólida de apoyo en el Parlamento y “va a fortalecer la acción” del Ejecutivo. Agregó que “los partidos han expresado su intención de salir de una fase de gran confrontación política y de apoyar un gobierno de consenso”.