Las medidas de austeridad que forman parte de los planes políticos de los nuevos gobiernos tecnócratas de Grecia e Italia generan nuevas manifestaciones en la población.

En Italia, el recién formado gobierno de Mario Monti enfrentó ayer las primeras protestas, antes incluso de recibir el voto de confianza de la cámara con 281 votos a favor y 25 en contra. Miles de personas se manifestaron en 60 ciudades italianas en contra de la crisis financiera y con un componente importante de reivindicaciones del sector de la educación.

Aunque la marcha estaba convocada desde hacía tiempo, la asunción del nuevo ejecutivo estuvo presente con lemas como “Ni Berlusconi, ni Monti” o “Monti cerdo, siervo del capitalismo”. También se oyeron protestas contra lo que definen los manifestantes como un “gobierno de banqueros”, en alusión directa al nombramiento de Corrado Passera, consejero delegado de uno de los principales bancos italianos -el Intensa Sanpaolo-, como ministro de Fomento, Obras Públicas y Transportes.

Durante 45 minutos Monti defendió ante el Senado “el espíritu constructivo y de unidad” del nuevo ejecutivo para recuperar “las relaciones civiles y sociales con sentido del Estado”. El primer ministro estableció como pilares básicos “rigor, crecimiento económico y equidad”, y destacó la necesidad de fortalecer el papel de los jóvenes y las mujeres.

En materia de empleo, instó a la eliminación de privilegios entre trabajadores y se comprometió a luchar contra la evasión fiscal y las mafias “infiltradas en la economía legal”. Asimismo, hizo alusión a una posible reforma del sistema jubilatorio y al establecimiento de una tasa sobre bienes inmuebles. Aunque no habló específicamente de recortes, sí advirtió que habrá reformas estructurales agresivas, para lo cual abordará una “reforma más amplia del sistema de beneficios del Estado de bienestar” a fin de paliar su impacto.

El primer ministro hizo referencia también a la necesidad de desregular servicios profesionales y a la liberalización y privatización de los servicios públicos de Italia, en la línea de lo marcado por los planes de sus socios europeos. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por intermedio de su portavoz, David Hawley, no tardó en calificar en una rueda de prensa al nuevo gobierno como un “hecho positivo que otorga claridad política”. A finales de este mes, el FMI enviará una misión a Italia que se encargará de “intensificar el papel” del organismo como supervisor de los ajustes fiscales y las reformas estructurales.

Las protestas contra esos ajustes se registraron también en Atenas, durante la marcha anual del 17 de noviembre, en conmemoración del levantamiento estudiantil de 1973 contra la Dictadura de los Coroneles, que gobernó Grecia desde 1967 a 1974. Ese aniversario ha servido de contexto para las protestas contra el nuevo gobierno tecnócrata de Lukas Papademos y sus medidas de austeridad.

Más de 30.000 personas salieron a las calles con consignas como “Pan, enseñanza y libertad”, y en rechazo a las medidas impuestas por el nuevo gobierno, que anuncia nuevos recortes sociales en un contexto de crisis profunda con índices de paro históricos que llegan a 18%.