El equipo del Área de Investigación de Desapariciones Forzadas y Ejecuciones Extrajudiciales de Paraguay cree, en base a testimonios, que por lo menos 100 personas fueron ejecutadas y enterradas entre 1970 y 1980 en donde estuvo, durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), la Guardia de Seguridad, en la periferia sur de Asunción.
En ese lugar, ahora sede del cuartel de la Agrupación Especializada Antimotines de la Policía, ya se habían encontrado 11 cuerpos de los 336 desaparecidos que se estima que hubo en Paraguay. La Dirección General de Verdad, Justicia y Reparación de la Defensoría del Pueblo (DGVJR-DP) confirmó ayer que el martes se hallaron en esa dependencia restos óseos de otra víctima, que sería el 12º esqueleto recuperado en ese mismo sitio.
Desde que comenzó la búsqueda en 2009, se ubicaron 20 cadáveres sepultados en diferentes lugares, fruto de un trabajo que no se detuvo desde entonces. Ya hay tres esqueletos con perfil genético establecido y falta realizar el mismo trabajo con los demás, y cruzar esos datos con los de familiares de personas desaparecidas. El primer descubrimiento data del 23 de julio de 2009 y permitió recuperar los restos de dos personas en el mismo predio donde el martes se halló la última hasta ahora. Rogelio Goiburú, miembro de la DGVJR-DP, informó que los huesos encontrados fueron remitidos el mismo día al laboratorio forense del Ministerio Público, y que luego se enviarán a Banco Nacional de Datos Genéticos en Argentina, de acuerdo a la agencia de noticias AP.
En Paraguay, como en nuestro país, el Equipo Argentino de Antropología Forense asesora a los expertos locales y por lo tanto también allí se realiza un trabajo sistemático de excavación en forma de trincheras. El comunicado de la DGVJR-DP destaca que en el proceso de identificación “es responsabilidad del Estado aportar los recursos, y de la Justicia investigar los responsables”. De acuerdo a la agencia de noticias estatal IPP, el director de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, Juan Rivarola, aseguró que su par del Interior, Carlos Filizzola, tiene intención de que cinco hectáreas del cuartel en el que se encontraron los últimos restos sean convertidas en lugar de memoria y que se siga e intensifique la búsqueda.